La vida en Poesías.

Te amo, pero...

Te amo, pero no te quiero.

¿Para qué quererte?
Si puedo amarte.

¿Para que poseerte?
Si puedo desearte el bien,
y que seas muy feliz también.

Sólo quiero lo mejor para ti, y sé que actualmente no soy yo.

No te merezco,
y tú no me necesitas.

Vivo en silencio,
en triste soledad y cabizbajo.

Mirando al pasado, siguiendo consejos,
y tratando de ser
un buen ejemplo.

Orgulloso de lo que soy,
más no de lo que tengo.

Huyo de la fe, de mis vicios y del miedo a envejecer.

Huyo de los recuerdos, desde que en tus besos ya no los tengo.

Ya no quiero más planes,
ni sueños, ni despedidas.

Ya no quiero espejos
ni ver mis propios complejos.

Ya no escribo poesía,
ésto es apología a la melancolía.

No, ésto no es poesía,
son versos en agonía muriendo lento, muy lento.

Ya estoy cansado de malgastar pesos en el pozo de los deseos.

Conservo tantos recuerdos, tantos bellos momentos,
y tantos sueños,
desde que era
tan sólo un crío.

Sueños y deseos,
que no se han cumplido.

Podría ser libre,
pero me encierro.
Podría ser feliz,
pero lo dejo para luego.

Y entonces tu recuerdo reaparece,
y te ves igual que antes,
tan bonita como siempre,
andando descalza y en puntillas como si todo fuera un juego.

Reapareces, sólo para irte de nuevo.

Y recreo tus mismos juegos para intentar volver a verte, pero me rindo,
y siempre termino con mi mirada inerte.

No sé si buscar a otro ser, uno que sea menos hiriente.

Uno que pueda soportar el peso de todo lo que habita en mi mente, cuando apoye mi cabeza en su vientre.