Desterré de mí mismo cada rastro de luz, sólo para ya no verme.
Viviendo en la eterna y sombría soledad, sólo podía escucharme.
Pues, cuando ya no queda nada, nada por lo que luchar; el silencio es tu amigo,
la soledad es tu compañera.
Es la única salida, cuando ya no ves ni el sol brillar.
Yo soñaba con ser el mejor,
quería ser el primero aunque fuera tan sólo un segundo.Pero, ¿cómo? Si cada día es más difícil soportarse; intenté callar
mi verdad, intenté actuar como los demás; busqué encajar,
ser normal. Vivir en una rutina que te mata como ricina.Me mentí a mí mismo, sólo por no mentirles. Me dañé, les fallé, claudiqué, al final y solo, sólo me encerré.
Pensé que sería lo correcto,
lo más sano, lo más cuerdo.Me esforcé tanto en abandonarlos a todos, que a mí me he abandonado.
Lo siento, lo juro, no miento. Pero no me arrepiento.
En mi pecho anidan los más tristes recuerdos.
Creí que el sentimiento sería pasajero, que algún día podría sanar.Pero no, cada día duelen más.
Yo no podría aguantar el sexo casual, las drogas hasta reventar,
¿y todo por encajar?Si no soy igual, qué más da.
Sé que nadie entenderá
mi deseo por destacar,
que me hace llorar cuando discriminan a los demás,
que me hace gritar la idea de estancar sentimientospor dudar en ésta guerra sin final entre el corazón y el raciocinio.
He vivido el hambre,
y la humillación.He visto hombres tratar como carne a su esposa,
por no tener una mejor educación.He presenciado la calle,
y la violación. Me pregunto:
¿Cómo ustedes pueden pasar al lado y desviar la mirada?
¿Acaso ya no les importa nada?He sido criado en la depresión,
me he callado y por temor.
Ahora tú me puedes ver arder, jamás brillar.
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La vida en Poesías.
PoesiaÉsta obra narra y cuenta los dos últimos años de vida del escritor en su peculiar forma de escribir. Se prohíbe cualquier copia completa o parcial. Todos los derechos reservados.