124. Triste historia de amor.

257 45 25
                                    

Hace poco tiempo pasó
la historia que hoy
les narraré, aunque el nombre de a quien le pasó no diré, o quizás, tal vez, nunca existió de quién hoy les hablaré.

Pero sea ficción o no, quisiera que me pongan atención en ésta ocasión.

Hubo un quién, no importa el cuándo, ni el porqué.

Él era un buen muchacho de sincero corazón, de esos que en la vida no conoces dos.

De los que saben querer
de verdad, quienes te aprecian y valoran por quien eres, y no ven
tu color de piel.

Él buscaba amor,
un amor puro, verdadero
y sincero.

No un amor pasajero,
no de esos que te botan pero te follan primero.

Y aunque ella era un ensueño,
la idealizo antes de tiempo.

Creyó que era una chica perfecta, de esas que
ya no habitan en éste planeta.

Ella, era sólo inocencia;
él no pensó que ella no tenía corazón ni nobleza.

Creía que ella era
la correcta, que sólo necesitaba entenderla
y tenerle paciencia.

Bajar sus propias defensas, deshacerse de
sus fortalezas,
pues, la soledad lo golpeaba con fuerza.

Eventualmente el chico empezó a sentir más
que una simple atracción.

Pero sus palabras por
su introversión
se ahogaban.

No podía demostrar que
él la amaba. La amaba como ya nadie ama.

Yo no podría explicarles por todo lo que pasó, cuanto soportó,
ni todo el dolor que él sufrió.

Cuando él al fin entendió que mientras de su amada admiraba su corazón,
alma y talento.

Para ella él no era más
que un cerebro.

Él sólo quería un poco
de afecto.

Ella aprender y entender sin esfuerzo.

Cuando al fin admitió de que la chica tenía un solo defecto: Que no conocía el amor, ni su definición.

Pues era tan fría como un témpano.

Él se derrumbó, todo en
su interior en mil pedazos se rompió y por completo se marchitó.

¿De qué le servía tener tan hermoso corazón si nadie quería su amor?

El chico entonces se centró en avanzar, el amor ya
le daba igual; su meta era triunfar, ya no había nada ni nadie que lo pudiera frenar.

Él era un joven escritor con la ambición de destacar.

Y así termina ésta triste historia de amor.

Con la derrota de aquel escritor.

Que algún día creyó en
la ilusión del amor.

Que ahora se convirtió en aquello que algún día despreció.

Un ser frío y sin corazón.

La vida en Poesías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora