Te lo dedico.

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Ódiame.

Ódiame por quien soy,
por no ser perfecto,
por mis pocas virtudes y muchos defectos.

Por dejarnos caer en la trampa de la monotonía y de la rutina. Por tener que repetirte lo mismo cada día.

Ódiame, por no tener el suficiente valor para estar contigo cada mañana,
en cada atardecer y juntos al anochecer también.

Por eso te digo:

Ódiame, en serio ódiame,
de verdad ódiame.

Ódiame por tener que ocultar mi intelecto.

Ódiame por no tener talentos. Ódiame por ser el incorrecto. Ódiame por rendirme.

Ódiame sin excusas,
ni pretextos.

Ódiame, ódiame, ódiame.

Ódiame por estar pudriéndome desde adentro, por estar lleno de complejos. Por esconderme tras mis textos.

Porque te avergüenzo.
Por dedicarte cada párrafo y cada verso.

Porque tiemblo con sólo recordar tu risa o tu voz. Porque quiero besarte aunque seas un dulce veneno.

Porque para mí eras una adicción y la perfección.
Y eso a muchos les jode,
les molesta.

Pero no dejaré de amarte por mucho que me duela.

Odiadme.

Por ser poco importante, realmente insignificante, desagradable y para nada interesante.

Por ser tan frío, un ser sin corazón. Por ser tan yo,
tal como soy.

Ódiame.

Por ser un chico tímido, callado, apagado,
en extremo delgado y
muy amargado.

Por ser infantil e inadaptado,
por no comportarme
como el resto.

Por ser honesto.
Por eso ódiame.

Por todo lo que representa mi vida, por no tener una pasión,
ni vocación,
por no encontrar otra salida.

Por ser un puto suicida.

Por no darte cabida.
Por no ser "original",
ni "auténtico". Por ser tan patético, por no ser igual
al resto, por ser un inepto.

Odiadme.

Y odiadme tanto que duela, quiero sentir ese dolor voraz y mortal capaz de dejar secuelas. Quiero sentir lo que se siente estar en pie de guerra.

Ódiame.

Por no cumplir con tus expectativas, por no cumplir tus fantasías.

Odiadme.

Por estar más vacío que nunca, por dejar que la rabia me consuma,
que la desconfianza me confunda, que la triste soledad conmigo se funda.

Por no tener grandes conocimientos, por dejarte vivir dentro de mi pecho.
Por dejar mi piel intentando que funcione lo nuestro.

Ódiame, así como ya me odia el resto.

La vida en Poesías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora