44. Silencio.

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A él aún lo recuerdas
Incluso después de tanto tiempo.

Incluso mientras jurabas amarme.

Él, siempre de tus recuerdos fue una parte importante.

Y creo que sólo por el parecido me miraste.

A él aún lo recuerdas, incluso después de su inesperada muerte.

Y hoy en las tantas de la madrugada tú interrumpes y vuelves a ser parte de mi extraña mente.

Vuelves a ser parte de mí extrañamente.

Haciéndome preguntar,
¿me has de extrañar?

¿Me recordarás cuando te enteres que mi cuerpo yace inerte?

Sé que ya nada
es como antes,
intento superarte.

Al igual que lo hiciste tú.
Pero confieso que no logro dejar de preocuparme; aunque a mi lado ya no estés.

Pues para mí fuiste alguien importante.

Es un estrés recordarte, en fin. Así lo decidimos.

Por cierto, ¿en algo cambiaste?

¿Mejoraste?
¿Lo lograste?

¿O sigues siendo
la misma de antes?

¿Cómo van tus clases?

¿Cómo están tus padres?

No sé a quién dirijo
éstas palabras,
éstos pensamientos;
sólo escucho el silencio.

Un silencio puro,
obscuro, bello, perfecto.

Un silencio que duele como el averno.

Hice tantas promesas que no te pude cumplir.

Dijimos tantas cosas que no debimos decir; seguramente prefieres creer que te mentí,
que nunca nada
sentí por ti.

Y no te voy a contradecir,
tal vez sí, quizás sí.

Lo único que puedo decir,
es que quería hacerte feliz tanto o más como tú a mí.

Pero en fin, desistí,
me rendí, de ti partí, siempre creí que era lo mejor para ti.

Pero nunca me arrepentí, de éste sueño tan intenso y bello,
de éste sentimiento.

De ése hermoso juego de secretos que aún escondes en tu pecho.

Sólo sigue tu camino.

Resulta que siempre tuve razón, ahora estás mejor.

Y no dudo que tengas un nuevo amor.

De nuevo acierto en una predicción.

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