85. Cosas.

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Después de tantas noches observando por mi ventana, entendí qué:

No debo esperarte
cuando no dijiste
nada antes de marcharte.

Después de tantas noches usando el mismo abrigo, entendí qué:

No debí darte toda
mi confianza
sabiendo que
ibas a traicionarla.

Después de tantas noches iluminado por el mismo foco, entendí qué:

Debo ser escéptico y no creer en nada ni en nadie, así no podrán decepcionarme.

Después de tantas noches durmiendo abrazado
de la misma almohada, entendí qué:

No debo acostarme con soledad para soñarte aquí si tú ni piensas en mí.

Después de verme tantas noches en el mismo espejo,
entendí qué:

No debo engañarme,
no debo callarme
y aunque no me guste sólo sé amarte.

De las cosas más insignificantes

se aprenden las cosas más importantes.

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