Mamá

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Capítulo 17


No me molesta en lo absoluto estar encerrado con YoungJae en este cuarto de 3 x 2 porque en cualquier momento puedo ponerlo contra la lavadora y coger como tanto quiero.

Sé que Daniel regresará, no me va a dejar encerrado toda la noche con otro en su departamento.

YoungJae sigue en su ridículo intento por abrir. 

—Por favor ayúdame.

—¿Y cómo quieres que te ayude? ¿No ves que atoró la puerta?

—Es que si no llego a la hora que debo, mi nana se asustará y llamará a mi mamá y ella me va a regañar...

—Esperemos un poco a ver si regresa, todavía no son las 6, faltan casi dos horas —miro a los lados buscando algo interesante... veo una pelota, la levanto.

—¿No te angustia estar encerrado?

—En otra ocasión sí pero ahora no tengo hambre, puedo tomar agua de la llave, si quiero orinar lo hago en la ropa de Daniel, hay una pequeña ventana por donde entra el aire, si me siento caliente y quiero quitarme las ganas aquí estás tú —me recargo en la lavadora y empiezo a jugar con la pelota.

Mientras yo la reboto, él no deja de morderse las uñas. Sé que está preocupado pero debe relajarse o terminará comiéndose los dedos.

—No te muerdas más las uñas, ¿Por qué lo haces?

—Es inevitable, desde pequeño lo hago aunque mi mamá siempre me ha regañado. Por eso las tengo cortas, para evitar hacerlo.

—¿Por eso o para meterte los dedos con gusto?

No responde, solo veo que se pone rojo. Es muy fácil de molestar.

Sigo botando la pelota, se desvía y rueda a sus pies, la levanta. Con una seña le pido que me la dé pero no lo hace.

—Pásala, niño.

—No. La voy a lanzar por la ventana.

—Ajá, no te atreves.

—Claro que sí —la avienta pero no le atina, así que choca con la pared y como el lugar es estrecho, rebota y le pega en la frete—: Auch.

Es inevitable no soltar mi risa por lo torpe que es. Solo hizo el ridículo.

—Que divertido eres —digo entre lágrimas de risa.

Hace un puchero mientras soba su frente por el golpe.

—No te habría pasado eso si me la hubieses dado.

Se voltea dándome la espalda. Creo que está enojado.
Me acerco por atrás rodeando su cuerpo.

—¿No has escuchado el dicho que dice: "Si pollito te da la espalda, agarrale las nalgas"? —con una mano le toco el culo.

—DaeHyun, ese no es un dicho —quita mi mano.

Hasta cuándo se enoja es muy lindo. Recargo mi barbilla en su hombro.

—No te enojes, tú no tienes la culpa de ser torpe —meto las manos en el interior de su playera—, ¿No quieres jugar a lavar la ropa que traemos puesta?

—Quedaríamos desnudos...

—Eso es lo divertido —Mi mano sube hasta su pecho para jugar ahí pero las quita.

—DaeHyun, primero quiero salir de aquí.

—No hay forma —me alejo. Subo a una de las lavadoras que están un poco altas por una base extra que tienen—. Ven —se acerca—, sube.

Por ti, Niño || DaeJaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora