Rumbo a...

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Capítulo 30


—¡Puta madre!

Escucho a YongGuk gritar desde su habitación. No le tomo importancia hasta que escucho que está haciendo su relajo.
Bajo para ver qué pasa.

—¿En dónde está HimChan?

Levanto los hombros.—Quizá fue de compras.

—¡No! ¡Sus cosas no están!

—¿Qué?

—Tú debes saber a dónde fue, debió decirte ayer que te dio el regalo.

—No, no, a mí no me dijo nada, quizá regresa más tarde.

—¡¿Qué parte de se llevó sus cosas no entiendes?!

—Bueno, tal vez Peniel sabe, o no sé, podemos buscarlo.

Patea un mueble. Debe tranquilizarse, no es como si su enojo lo fuera a invocar. 
—Tranquilo...—suena mi celular, es YoungJae, le contesto—: ¿Qué pasó?

—Hola, Dae, ¿Cómo estás?

—Pollito, ahora no puedo hablar —me alejo—, YongGuk está lo que sigue de enojado e intento calmarlo.

—¿Por qué?

—Porque HimChan no está en la casa, no sabemos a dónde fue, mejor te hablo cuando salgas.

—Está bien, cuídate.

Terminamos la llamada.

—YoungJae debe saber en dónde está, o el imbécil de JongUp.  

—No creo que YoungJae sepa, JongUp menos, últimamente ese anda perdido pero si los veo les pregunto, a mí también me interesa HimChan.

—Pobre de tu novio si sabe en donde está y se lo calla.

—A él no le harás nada, ¿ok?, yo te ayudo a buscarlo.

—Ve por el arma que te di y vámonos.

Subo por esta cosa.

En serio YongGuk es insoportable cuando se enoja, es peor que yo pero como ya había quedado en enseñarme si le cancelo se puede enojarse más.

Subimos a la camioneta. Hoy quiero ver a YoungJae y si nos vamos lejos de la ciudad me perderé una tarde con él.

—Hay que ir al edificio abandonado para no salir a la carretera —digo.

—Con un día que no veas a ese niño no pasa nada.

—No es eso... Bueno sí.

—Pero está bien, vamos al edificio que dices, tampoco tengo ganas de ir.

Le indico por dónde queda. 

Subimos al penúltimo piso.

—Bien, empecemos.

Primero me enseña cómo agarrarla. Me da un poco de miedo sostenerla, de hecho mi mano tiembla, supongo que es normal.

—Imagina que le pasó algo horrible a YoungJae —va poner un bote viejo a cierta distancia—. Y frente a ti tienes a la persona que le hizo daño.

No dudo en poner firme mi brazo. Cualquiera que le haga daño a YoungJae merece lo peor.

—Dale justo en el centro.

Disparo pero fallo.

—Otra vez.

De nuevo no doy en el blanco.

Por ti, Niño || DaeJaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora