Ice heart [JakeHoon]

12: my secret love

Narra Jake

A veces me siento mal, no por mí, es por mi mamá. Ella tiene la idea de que es bueno ponerse a beber como si no hubiera mañana. Cuando lo pienso, quiero dejar de darle dinero, me preocupa demasiado que un día le pase algo sólo por venir ebria, pero... En días como estos, me doy cuenta que es peligroso para mí no darle dinero.

Veo mi propio rostro desfigurado en el espejo del baño, ¿qué voy a hacer ahora con esto? Acabo de llamar a SungHoon y le dije que estaría en el parque. Me envió un mensaje diciendo que tardaría veinte minutos en llegar.

-¡Oye! ¿Qué carajos haces encerrado en el baño? Tráeme algo de whisky o yo qué sé...

-Mamá yo...

-¡Ábreme esta maldita puerta o la derribaré yo misma Shim JaeYoon! —la mujer golpeaba aquella puerta que realmente parecía ser capaz de poder cumplir sus palabras en cuestión de segundos— ¡Que me abras te digo niño inútil! ¡Eres igual a tú pa-!

-¿Qué ibas a decir? ¿Igual a quién? —por primera vez en toda mi vida estaba retando a la persona que quizá en algún punto respetaba más en toda la faz de la tierra— Ibas a decir que soy igual a mí padre, ¿no es eso? Pues, si es así estoy orgulloso de serlo mamá.

-Tú... Tú eres un alf- eres un alfa... No te puedes, no puedes rebajarte a parecerte a un omega... —bueno en serio está ebria, su tono de voz la delata, pero sé que dice lo que piensa en realidad—

-¿Rebajarme? Hasta dónde sé aún estando sólo y deprimido mi padre ha seguido con sus negocios, ganándose su propio dinero como cuando fue joven, antes de conocerte... Ah, y... Va a venir a Corea el año entrante. Estoy considerando irme con él cuando vaya a regresar a Brisbane.

-¡¿Qué mierda acabas de decir mocoso insolente?!

-Lo que has oído. Me voy a ir con mi padre, al menos tú te puedes defender siendo alfa. Él me necesita más. —las lágrimas escurrían a montones mis mejillas y ardían mientras pasaban por mis heridas; pero al fin estaba seguro de hacer algo a mi favor, después de todo no podía vivir de esta forma, no más—

-¡Eres una maldita escoria! —y bueno, allí me di cuenta de que no era el momento de darle la noticia. Alzó su diestra y con ella me abofeteó, otra vez sentí la sangre, roja y tibia recorrer mi pómulo izquierdo—

Había tardado tanto en ocultar las heridas y moratones que me dejó minutos antes, ahora tendría que volver a desinfectar y maquillar mi rostro.

-¿Podrías parar? Ya basta, ha sido suficiente lo que he tenido que aguantar por tí... Voy a salir y cuando regrese te voy a traer alcohol... Pero de momento no me estés jodiendo, ¿bien? Vete ya a dormir, voy a tardar.

-Haz lo que quieras... Sólo cumple con el dinero y el alcohol.

Se fue a pasos lentos y extremadamente torpes. Estoy completamente molesto, es una sensación agridulce y un pesar en mi pecho, lo entiendo, nunca creí que aquella mujer que nos cuidaba y amaba tanto ahora era esto. Ni siquiera parece una persona.

Revisé mi teléfono, maldición según lo dicho por Hoon estaría en menos de cinco minutos. Ya no tenía tiempo de tapar esa marca que no paraba de sangrar. Tomé mi bolso y salí. Corrí tan rápido como aquella vez en que me persiguió estando en el límite de la sobriedad y la ebriedad, lanzado zapatos o pequeñas macetas de los vecinos. Tardé un poco en encontrar a Hoon, estaba sentado en una banca alejada de las otras jugando con un cachorrito.

-Hola... Si viniste —la verdad que no tengo más que sólo un par de amigos, y ahora que uno de ellos está en la universidad y el otro vive en un país diferente es difícil que pueda comunicarme o verme con alguno, además de él nunca nadie ha querido hablar conmigo, o bueno, hoy alguien sí—