Ice heart [JakeHoon]

38: Maybe

Sintió su aroma entrar en el ambiente con delicadeza y elegancia, como era propio de él... Allí supo que estaba totalmente perdido.

Cubrió su boca para callar esos molestos chillidos asustados de su lobito.

-¡Te encontré! —fue exclamando mientras abría todas las puertas de cada cubículo—

-No porfavor, no porfavor... No... —era lo único que podía pensar mientras que su corazón saltaba con fuerza— Vete, vete, vete... —susurraba tan bajo que por más que el lugar estuviera vacío, no podía ser oído por el otro—

El contrario pudo sentir su aroma, que anunciaba notoriamente el miedo en su frágil cuerpo. Su chico estaba asustado.

-Sé que estás aquí... Sé que dentro de unas semanas dejarás de venir a la escuela por... Nuestro cachorro... Pero quiero decirte que lo que has oído, no era en serio... Yo puedo explicarte si tú me dejas...

El silencio fue lo que llenó el lugar por completo, golpeándolo con fuerza y haciendo que su pecho doliera sabiendo que el omega no respondería.

El chico dueño de este silencio no pensaba cortarlo, puesto que no sabía qué decir para ello. Aunque tampoco tenía la necesidad de hacerlo en ese instante.

Justo ahora, que no oía una respuesta del omega se sentía herido. Estaba tan acostumbrado a su voz, a que hablase inclusive por los codos y también a escuchar su risa.

Sintió entonces la verdadera ausencia del muchacho, de verdad extrañaba toda aquella presencia en su vida. Anhelaba con ansias volver a tenerlo acurrucado entre sus brazos.

Se atrevió a agregar algo y dejar en paz al menor de una vez por todas. No insistirle demás.

-Entiendo... Me voy. Pero sé que me creerías si me escuchas...

En una brevedad, decidió arriesgarse...

-No te creo ya nada, Lee Heeseung. Eres un maldito monstruo mentiroso.

Y entonces abrió la puerta, salió de su escondite y se mostró.

-Kai... —sus ojos se ampliaron totalmente cristalizados y su cuerpo reaccionó por si sólo, haciéndole caer sobre sus rodillas—

Sabía que estaba mal. Pero no había pensado lo que pasaría consigo mismo al momento de ver a su semejante, a su compañero. Ver aquellos ojos con color y expresión dulce tal como el chocolate, el rostro angelical con ese brillo natural que tenía el castaño, y sobre todo ello, aquel vientre medianamente abultado...

Aún después de la ira y el tiempo transcurrido el omega aún movía todo su mundo con tan sólo su presencia.

-Sunghoon tuvo razón al final... Sólo estás molesto y actúas por rencor contra él, te has convertido en un monstruo. ¿Qué no te das cuenta? Si le haces algo a él, me harás daño a mí también... No te atrevas a hacer algo porque hagas lo que hagas no vas a conocer siquiera el rostro de este bebé. —sentenció, totalmente frío y sin sentimientos—

Pasó al lado del decadente cuerpo, que yacía sin fuerzas ni sentido de vivir y era tan complicado pasarlo de largo después de todo lo que habían vivido los dos juntos. Estaba a un simple paso de la puerta. De salir huyendo del dolor. Hasta que una mano sujetando su tobillo lo detuvo.

-No te vayas... No otra vez... —ambos se giraron y se vieron a los ojos, ese amor estaba allí y tal vez más fuerte que nunca antes— No voy a soportar haberte perdido otra vez...

Sí, el amor entre ellos se había roto de manera irremediable... Pero no había desaparecido ni un poco.

-No Lee... Tú y yo... No vamos a poder continuar con esto... Suéltame.