31: Keep away, please.

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Luego de la charla en aquel día de reconciliación, todos se pusieron manos a la obra para crearle una habitación cómoda al reciente invitado. Ya que en realidad este necesitaba un lugar en el que sentirse refugiado por su bebé.

Pero ya casi habían pasado dos semanas. Y hoy, un sábado de un cálido y tibio solecito, se iba a ver nublado con una sombría pero arrepentida presencia.

El día había sido muy lindo para Huening y Park, ambos habían ido con los padres de este último a comprar dos cunitas, ropa para bebés, accesorios y cosas necesarias.

SungHoon en realidad no estaba tan contento, aún sentía que traicionaba a Jae. Sin embargo este le hizo algunas video llamadas para ayudarle a elegir los colores y diseños de cada cosa.

Por su lado, Kai se sentía contento de ver que tenía ahora una familia agradable que lo iba a apoyar en lo que pensaba cómo hablar con sus hermanas. Y sus padres también.

Su corazoncito dolía cuando de la nada pensaba en su alfa, al cuestionarse qué elegiría él para el cachorrito qué ambos habían concebido. Pero se limitaba a sacudir su cabeza y concentrarse en lo que realmente hacía.

Cuando acabaron de comprar todo y lo subieron al auto de los señores Park, los cuatro se marcharon a casa.

Eran masomenos las 6 o 7 pm, cuando el timbre de la gran casa fue tocado. Se sorprendieron puesto que no esperaban a nadie a aquellas horas. En modo de agradecimiento HueningKai siempre procuraba ayudar haciendo cosas como abrir la puerta, cocinar, o limpiar. Así que corrió ofreciéndose a abrir la puerta.

Pero al abrir aquella puerta de cedro, su corazón se detuvo dolorosamente. Sus ojos se abrieron como platos y los sintió cristalizar.

-T-tú...

-Necesito... Necesito hablar contigo, por favor...

Al inicio, el chico se quiso lanzar y romper en llanto a los brazos de su novio (en realidad no era cierto). De verdad que extrañaba el caído abrazo de su amado Seung... Pero... Ahora las cosas habían cambiado un poco... Ahora él le había hecho daño.

El chico de hebras rojizas extendió su mano y quiso dar un paso hacia adelante haciendo que el castaño quiera retroceder. En su pánico, su impresión, su miedo y su sorpresa, emociones que no pudo controlar, su mente se nubló ocasionando un ligero mareo. Cuando estuvo a punto de caer, un confundido SungHoon se apresuró por el vestíbulo y logró atraparlo antes de que realmente cayera.

El pelinegro frunció el entrecejo y subió la vista hacia la puerta abierta, encontrándose con el muchacho.

-Lee. No creo que tu presencia le convenga a él en este preciso momento. Haces todo lo posible por alejarte y dejarlo solo en la escuela durante semanas, y ahora solamente esperas venir aquí para hablarle. Deja que sus heridas sanen, no tuvo culpa de nada de lo ocurrido y tú lo trataste horrible.

-Park, en serio, no te metas en lo que no te importa.

-Me importa porque soy a quien buscó tu omega para refugiarse y protegerse. Me importa porque es un chico desprotegido y yo entiendo completamente cómo se está sintiendo.

-¿Y qué hubieras sugerido tú que hiciera? Me estuvo mintiendo.

-¡¿Y qué?! Tenía miedo... Él tiene miedo, yo tengo miedo. ¿Acaso te pones en su lugar? ¿Tú acaso pensaste en lo que él ha sentido?

El mayor arrugó los labios en señal de ira tratando de ser controlada.

El castañito fue abriendo levemente los ojos acaramelados y brillantes, sintiendo una pequeña punzada en su cabeza. Viendo y analizando la escena frente a sí.

-¡¿Pero por qué ustedes los omega tienen que querer esa atención y querer que todos se pongan en su lugar?!

-Porque los alfa son unos ególatras estúpidos que no piensan en lo que sentimos, por eso Lee.

-¿Y quién dice que no pienso en mi omega?

-Ah qué lindo piensas en él, echándolo de casa, ¿no es así? Tratándolo si no valiera nada, gran ejemplo de alfa eh...

-Cállate ya Park. Huening, lo siento, escúchame por favor... Te lo ruego, serán dos minutos.

El omega, ya más despierto sentía sus ojitos arder y probablemente estando demasiado rojos. Pero pensó en todo aquello que había rondado su mente y esos feos sentimientos. Sabiendo claramente que sí cedía ahora sólo lograría lastimarse y lastimar a su querido Hee.

Lo único que su cerebro pudo procesar coherente oyendo a su débil corazón fue decir:

-No, no ahora... Keep away, please...

-P-pero... Kai...

-Ya oíste a Hoonie... Necesito curarme de tí antes de siquiera pensar en escucharte y volver a... Tu casa...

-Es nuestra... -replicó-

-Ya oíste Lee, mejor vete... Será otro día, no hoy-intervino SungHoon-.

El alfa se quedó helado, incluso después del portazo que aún resonaba en sus oídos se quedó allí parado completamente estático, su mente dejándole en claro que su omega ya no era tan tierno y débil ante él y que probablemente era por culpa de aquel muchacho pálido.

Podía sentir como si tuviese una cola y dos orejas que ahora sentía decaídas sobre él, generándole un peso incómodo. Su lobo estaba completamente deprimido y sentía como este quería sumergirse por completo en la maldita miseria, mientras que su cabeza estaba por estallar del dolor ocasionado por la ira, el estrés o lo que fuese.

¿A dónde se había ido ese pequeño y lindo omega que se desesperaba siempre por lanzarse a sus brazos? ¿Dónde se había ido su dulce HueningKai que moría siempre por oírlo cantar, para luego dormirse en su pecho?

Maldita sea. La había jodido en grande y ese omega de cabellos negros no ayudaba para nada a sus intenciones de arreglar las cosas con su niño. Sólo estaba jodiendo su vida, sus planes y su relación.

Caminó por el costado de la casa y pudo ver al muchacho llorar desconsoladamente en el hombro de SungHoon siendo la escena apreciada también por los padres de este. Se oía el llanto incluso hasta afuera de la casa.

-É-él... SungHoon... ¡Lo odio tanto! Lo odio porque no puedo dejar de amarlo... Aún cuando, cuando me ha tratado tan mal...

-Huening... De momento, evitalo, tanto en pensamiento como en tu corazón, y evita que se te acerque... Eso no te dejará aclarar tu mente.

-P-pero... Quiero un abrazo suyo... Necesito a mi alfa o mi cachorrito va a...

Un momento, ¿acaso su omega había dicho... Cachorro?

-El pequeño será sano y fuerte, aún si no estás con el idiota ese. Primero tienes que estar bien tú para que puedas pensar en el bienestar de ese pequeñito.

-No sé qué voy a hacer sin mi Hee... -sollozó de una manera desgarradora-

-Tendrás qué aprender.

El muchacho pareció pensarlo unos minutos, mientras seguía hipando y lágrimas escurridizas se escabullian de sus ojos almendrados... Luego de unos segundos estaba asintiendo.

-Lo haré... Saldré adelante SungHoonie, por mi cachorrito... -sorbió su naricita, aquella tan perfecta qué ahora lucía roja del llanto desconsolado qué lo había atacado-

-Bien hyung, así es mejor, ¿okey?

-Mjum... -musitó bajito, limpiando con la manga de su sudadera (qué en realidad era de su novio) las lágrimas de sus delgadas mejillas-

Ahora HeeSeung podía decir que aquel chico de tez clara y orbes negros le estaba robando a su pequeño. Lo estaba envenenando en su contra y estaba haciendo que no sólo pierda a su destino sino que al fruto del amor con este mismo.

Debía hacer algo para recuperar a su lindo chico pero sus emociones eran difusas y no le dejaban pensar con claridad... Así que... Lo único que pudo pensar fue en algo completamente erróneo, que aunque él mismo no lo sabía, iba a ocasionar peores cosas para muchos...

Ice heart [JakeHoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora