28: DKWTD

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La vida no lo quería, o quizás eso era lo que parecía mientras daba una y mil vueltas en su habitación. Sus manos jalaban sus negros cabellos hacia atrás, ya no sabía si la humedad en estas eran a causa del sudor de su frente o sus manos.

-Demonios... ¿Por qué me pasa esto a mí?

Su voz había salido quebrada, su rostro rojo al igual que sus ojos mostraban la gran cantidad de tiempo que había pasado llorando. Su pecho dolía y odiaba todo.

Se derrumbó en su cama, mirando el techo.

De verdad estaba asustado. Más sin embargo, tenía que tomar una decisión. No había salido de su cuarto en todo el fin de semana. Sus padres estaban completamente preocupados, ya que aunque su hijo fuese introvertido o reservado siempre intentaba compartir con ellos. Y vaya que SungHoon sabía que los dos lo estaban.

Era la noche del lunes, y agradecía que nadie lo hubiera obligado a ir a la escuela.

Giró un tanto su cabeza para alcanzar su teléfono celular y allí lo vió, el pequeño y maldito objeto a su lado. De pura rabia lo ignoró y tomó su teléfono mientras volvía a sentarse para poder sentirse más cómodo.

Suspiró con cansancio y observó el aparato aún con la pantalla sin encender. Una vez "listo" encendió el teléfono y entró a los contactos.

Buscó rápidamente la letra "J" y marcó al contacto "Jakey", completamente ansioso. Los minutos pasaban y el muchacho no respondía, incrementando todos aquellos pensamientos negativos de que no era correcto, así que colgó.

Con desespero llamó al contacto que estaba justo debajo, "Jay". Este, muy al contrario, contestó luego del primer tono.

-¿SungHoon? Tú nunca llamas, ¿está todo bien?

-Jay... ¿P-podrías venir a- a mi casa?

-¿Seguro que todo está bien? Hoon, estás tartamudeando, eso no es normal... Iré ya mismo.

La llamada se colgó sin que SungHoon siquiera dijese algo más.

-Ven rápido por favor... -dijo, sabiendo que ya no lo oía siquiera-

Los minutos pasaron cruelmente para él, era como un martirio esperar en ese momento. Cada minuto parecía eterno.

Sus pensamientos negativos y dolorosos se vieron cortados por la alerta que le provocó un golpe en la mesita al lado de su ventana. El ruido había sido provocado por Jay, quién a sabiendas de que SungHoon no querría explicarle a sus padres nada, entró por la ventana.

-Shhh, soy yo... Mírame, soy yo.

El mayor destapó la boca del chico con sumo cuidado y bastante lentitud. Viendo al otro asentir ligeramente.

-Hoy no viniste a la escuela... Me llamaste... Estás llorando... ¿Qué te pasa? -cuestionó, su visita fija en los profundos orbes negros contrarios-

-Y-yo... La madrugada del sábado... Casi al domingo... Me hice... Un test...

La cara de su mejor amigo se deformó sin comprender nada, un test no podía dejar tan mal a SungHoon. A menos que... No, eso no podía ser...

-Un test de... -carraspeó, notoriamente nervioso- de embarazo. Y yo estoy...

Mierda, sí. SungHoon estaba en cinta.

Me lleva la misma mierda! Pensó.

-S-sung...

-Estoy embarazado Jay... Y... No quiero... No quiero estarlo, ¡no quiero!

-Y-yo... De esto lo tienen que saber tus padres...

-No, acaban de conocer a Jake... Me van a repudiar, y Jake también... No quiero eso...

Los sollozos e hipidos silenciosos que salían de los delgados y rojizos labios del omega llenaban la habitación por completo.

-Me quiero morir... Soy un idiota... Ni como omega puedo servir... Me quiero morir... Soy un asco... Jay, no... No puede ser...

-SungHoon, cálmate... Eso... Afecta al cachorro...

-¡¿Y qué mierda me importa?! De todos modos ni siquiera lo quiero en mi vientre. Si al menos fuese de Jae lo querría... Pero no lo es. -sus ojos se habían vuelto rojos y ya no del llanto, sino de la ira- Es tuyo...

Las últimas dos palabras habían salido como si fuese lo más asqueroso del mundo, como si Jay no mereciese estar vivo por ser el padre de ese pequeño creciendo en su vientre. Por su parte, este también lo había sentido así.

-Si le afecta al bebé, también lo hará contigo Hoon, trata de entender...

-¿No me estás oyendo? Me quiero morir, me vale una mierda todo... Tengo que ser perfecto todo el puto tiempo, tengo que hacer cosas que no quiero hacer para complacer a otros, soy acosado a diario, tendré un cachorro que no quiero, he traicionado a mi otra mitad, le estoy haciendo daño a mi nuevo amigo... Soy un maldito ser despreciable, sólo quiero dejar de... Causarle problemas al resto...

-SungHoon, no eres un problema...

-Pero este niño lo es, y está en mi vientre.

-No hables de ese modo, no te lastimes a tí mismo... Ya te dije que lo que ocurra... Va a depender de tí solamente. Yo apoyaré la decisión que tú tomes.

El menor subió su cabeza que había estado agachada todo el tiempo, viendo al otro con sus ojitos acuosos y aterrados, con las lágrimas gruesas corriendo a velocidad en sus mejillas rojas.

-No lo quiero pero... Mi consciencia no me lo permite... Por más que lo desee.

-Toma tu tiempo para pensar todo, pero tus padres al menos deben saberlo, ellos lo entenderán completamente bien.

-¿Y qué tal si no es así? -en el fondo estaba asustado, no, aterrado de que sus padres lo rechazaran-

-SungHoon... Lo comprenderán, te lo prometo.

-¿Y Jake? No quiero ocultarle esto.

-Jake te ama. Y sabe lo que ocurrió. Él no te dejaría, menos por tener un bebé en el vientre...

-P-pero... El bebé, no es suyo...

-SungHoon. Él va a estar siempre para tí, yo como alfa, sé que duele el orgullo... Pero Shim, él es diferente, es noble... Y te ama con todo su ser.

-Me da miedo que lo pueda perder...

-Créeme, no lo perderás, ni perderás a ninguno de los que te apreciamos.

Y entonces, sólo entonces, se dió él gusto de llorar en brazos del rubio sentado frente a él. Sentía que al fin podía hacerlo porque las palabras que habían salido de los labios de aquel alfa sonaban reales y sinceras.

Lástima que las cosas no serían completamente de ese modo.

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Ice heart [JakeHoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora