Ice heart [JakeHoon]

43: Before you go pt. 2

Jake's part:

Un grito fue lo primero que salió con prisa y fuerza de sus labios cuando pensó que despertaría en su habitación luego de aquella terrible "pesadilla".

Para su amargo conocimiento, no había sido tan sólo un mal sueño. No estaba en su cuarto, no estaba en ningún lugar conocido. La cabeza le martillaba con tanta fuerza que incrementaba sus ganas de arrancársela.

Mala suerte el tener tan desarrollado su olfato, el lugar sí que apestaba como los mil infiernos. La humedad se hacía presente debilitando su propio aroma.

El cuerpo lo tenía adormecido y atado, de manos y pies. Bien, era un secuestro, lógicamente. ¿Pero no se suponía que se le coloca una mordaza a la víctima? ¿O que al menos la golpean y mantienen media viva solo por la recompensa?

-Veo que ya te despertaste... Mira, no es nada personal, a mí me pidieron esto como un favor que tenía en deuda.

-¿Te conozco?

Esa voz y ese rostro los recordaba de algún lado, de hacía mucho tiempo. Pero no lograba recordar con claridad.

-Nah y no quieres hacerlo, chico.

Era un alfa relativamente alto y de cabellera rubia, con varios años encima que se hacían notar en su semblante entristecido y cansado. Su voz era rasposa, completamente aburrida, ni siquiera se molestaba en ocultar su completo desinterés en estar allí.

-Si me permites, ahora si debo amordazarte. —avisó, un tono amigable pero serio cubría su voz casi apagada—

Tomó un pedazo de tela, como se lo habían pedido, para hacer lo dicho sin contar que el muchacho sacaría los colmillos de forma agresiva.

-Mejor ni te atrevas —le amenazó, con la mirada más iracunda que pudo dirigirle al hombre frente a él—.

-Tranquilo, no es nada malo. Deberías saber que esto es sólo por tu bien... Aquí te has llenado de problemas, entre tu madre y el omega que dicen que tienes...

-¿Qué quieres decir con eso? —masculló tenso, claramente molesto— ¿Tú qué sabes?

-Yo nada, cálmate. Sólo sé lo que acabo de decir, no me pidas detalles porque no los tengo y si los tuviera... No te los daría.

Lo miró con tanta obviedad que en su ironía le dejó claro que no le creía ni una palabra salida de su boca.

-Te voy a amordazar y si intentas hacer algo te voy a tener que aplicar un sedante. En un rato pasan por tí y necesito tenerte listo. Entiendeme niño, necesito pagar este favor... Mi honor también se encuentra en juego.

No comprendía sus palabras, no entendía a quién le debía esta clase de favor. Le daba muchas vueltas por donde quiera, tantas que no se percató cuando fue amordazado y sedado. Sólo sintió sus ojos pesados, al punto de ser obligado por su propio cuerpo a caer en los brazos de Morfeo.

El único y último sentimiento que agobió a su noble corazón, fue la tristeza y la preocupación de no haberse podido despedir del omega quien le quitaba el aliento... Y el pensamiento de no saber cómo contactar a su padre.