Ice heart [JakeHoon]

Prólogo

Diferente.

Era un día como cualquier otro, pero para los Park era absolutamente especial. Su pequeño hijo al fin llegaría hasta sus brazos.

Después del transcurso de las horas, y de un parto relativamente tranquilo, el pequeño estuvo en el pecho de su madre con la mano de su padre sosteniendo la suya.

Tal vez en aquel momento, aún era muy pero muy pequeño para lograr entender lo compleja que sería su vida, y lo difícil que sería adaptarse, sobre todo con la odiosa y fría actitud sumada al difícil carácter que iba a adquirir con los años. Igual que sus padres, quiénes no sabían a lo que se enfrentarían en el futuro por ayudar a su hijo.

Desde sus primeros años de vida, la "tragedia" se veía a la vuelta de la esquina. Cuando lo pusieron en el nido a los tres años, esperaban que el niño hiciese amigos, pues a esta edad es cuando se crean vínculos más puros ¿no?

Sin embargo, parecía darle igual hacer amigos, el pequeño cachorro creía que todos los otros de su curso eran molestos, todos lloraban o reían much, ninguno hablaba claro a diferencia suya, siempre tenían que compartir sus almuerzos y eso no iba con él.

Pasaron aún más años y, después de los tres años de nido, entró a la primaria. Todo era bueno, al menos en cuanto a calificaciones, respecto a lo de socializar seguía igual todo, no parecía tener un mínimo interés en ello.

-Hoonnie, cariño, ¿no quieres tener algunos cuantos amigos? Hay muchos niños en tu clase con los que puedes hablar —propuso esperanzada su madre—

-Mamá, esos chicos son muy tontos, ríen y lloran por todo, no saben nada y quieren ser mis amigos. No me interesa.

-Al parecer hay alguien a quien no le gusta la gente —una tercera voz se integró a la conversación—

-Sí, bueno, papá, dile a mami que no me interesa —dijo el niño con un puchero en sus labios—.

-Es muy maduro y obstinado, como tú querido. —rió la omega—

-¡Eso no es cierto! —replicó el mayor riendo—

-Sí, claro. Bueno, aquí el problema es que nuestro pequeño Hoonnie, no quiere amigos.

-Ya veremos, en un futuro tal vez cambie mi pequeño es inteligente y bueno, no se quedará solo de por vida eh —aseguró el alfa—

-Bueno —soltaron al unísono un suspiro cansado su esposa y su hijo—.

El paso de los años no cambiaron nada, llevaban dos años en psicología, sus padres no sabían qué más hacer el niño no daba su brazo a torcer.

Los psicólogos trataban de cualquier medio hacer que el niño se interese en socializar. Nada funcionaba, a todas luces era un niño completamente asocial, y según los doctores, tenía el trastorno de personalidad por evitación.

SungHoon cumplió los nueve años y entró a un nuevo ciclo escolar, uno donde su vida cambiaría solo un poco.