Capítulo 33

1.2K 107 2
                                    

~✧~❃~✧~  Flashback ~✧~❃~✧~

Estoy en una habitación sucia, el olor a humedad es asfixiante, todo lo que me rodea es suciedad, no hay nada de este lugar que pueda tener un toque de belleza.

Me encuentro con las manos amarradas, mis ojos están vendados, llevo dos horas en la misma posición, el metal de las cadenas que sostienen mis manos comienza a molestar, hasta cierto punto siento mis muñecas arder.

La puerta se abre y el sonido de alguien caminando me mantiene alerta, siento como la persona se detiene frente a mí, con rapidez quita la venda de mis ojos, logró ver su rostro, es un hombre maduro, aparenta la edad de mi padre.

¿Me conoces? me sostiene fuertemente de la barbilla.

Levanto mi mirada y conecto con sus fríos ojos, estos transmiten odio hacia mí.

No señor. intento bajar la cabeza, pero él me lo impide.

Soy Mateo Ferrara, tu peor enemigo, a partir de hoy desearás no haber nacido.— espetó con rabia.

Mis ojos comenzaron a cristalizarse nueva vez.

No sé porque estoy aquí, pero mi padre tiene dinero, él puede darles la cantidad que ustedes deseen. mis lágrimas salían sin parar.

Soltó una fuerte carcajada y apretó más su agarre.

No quiero dinero, eso es lo que más me sobra en esta vida, lo que deseo es ver a tu padre sufrir y qué mejor manera que teniendo a su propia hija en mi poder. me soltó de golpe.

Se lo suplico, no me haga nada.trato de mover mis manos, las cadenas me retienen.

Tranquila hermosa, no seré yo quien te torture, serán mis hijos.— la puerta se abrió y a su vez entraron dos muchachos.

~✧~❃~✧~Fin del Flashback ~✧~❃~✧~

—¡No!— suelto un grito desgarrador, otra vez ese sueño.

Paso las manos por mi cabeza, dejo que esta descanse en el sofá antes de levantarme en busca de un vaso de agua.

Me quedé dormida en el sofá, deben ser las 4 de la tarde, camino hacia la cocina y sirvo agua en un vaso, doy un trago y descanso un poco de ese mal sueño.

—¿Pasó algo?— Sara entra a la cocina con su móvil en la oreja, al parecer está en una llamada.

—No pasa nada, todo bien, solo fue una pesadilla.— asiente y sale de la cocina.

Hace un mes  sucedió lo de su aborto, la verdad  no ha sido fácil para ella superarlo, la ayuda de profesionales la ha ayudado a procesarlo y seguir adelante. Sobre mi padre biológico hasta ahora no he sabido nada, volviendo en sí no sé porque me llegan a la mente Alex y Stephan por ese sueño.

Tal vez Mateo Ferrara tenga más hijo y no sea solo Alex y Stephan, no puede ser Stephan, no quiero odiarlo, no ahora que lo empiezo a querer. Subo hacia la habitación de Sara, ella está sentada en su escritorio, redacta algo en su ordenador.

—¿Necesitas algo?— quita la mirada de su laptop para centrarse en mí.

Camino hasta su cama, me siento sobre esta y la observo.

—¿Me puedes dar la dirección del departamento de Stephan?— frunce el ceño.

—Te lo daré solo porque eres tú.— sacó un afiche y anotó sobre este.

—Gracias.— lo tomé a gusto.

—¿Irás a verlo?

—SÍ, al rato nos vemos.

Me dirijo a mi habitación, tomo una chaqueta y salgo hacia la dirección que tengo anotada, estaciono frente a un enorme y lujoso edificio, en la entrada me detiene el seguridad.

—¿A quién busca?—sostiene la puerta.

—He venido a visitar al señor Stephan Ferrara.— asiente, abre la puerta para que pueda acceder al edificio.

Subo hacia al piso número nueve, las puertas del ascensor  abren, toco la puerta nerviosa, tengo miedo de la respuesta que Stephan pueda darme, una vez que sepa la verdad todo cambiará.

Abre la puerta envuelto en una toalla alrededor de la cintura, su rostro muestra sorpresa, sé que él no esperaba mi visita, mucho menos que sepa su dirección, sin esperar respuesta entro a su departamento, a decir verdad es poco lujoso, pero acojedor.

—¿Qué haces aquí?— cierra la puerta detrás de él.

Camino por toda la ante—sala, observo cada detalle, los cuadros, los muebles, el aroma es delicioso, para vivir un hombre es bastante acogedor.

—He venido en busca de la verdad.— enarca una de sus cejas.

—¿Cuál verdad?— se acerca hacia mí.

—¿Tienes más hermanos?— va a tocarme, pero se detiene al instante.

—No, solo somos Alex y yo.— niega con una sonrisa.—  no entiendo... ¿por qué la pregunta?

Su respuesta ha sido como una puñalada directo al corazón, fue él junto a su hermano quien abusó de mí, el hombre con quien me acosté y comencé a sentir cariño es uno de mis violadores, mi vista se nubla y termino cayendo de rodillas al suelo.

—¿Qué pasó? ¿Qué tienes?— intentó acercarse, lo detuve.

—¡Alejate de mí!— el nudo que tengo en la garganta no me permite gestionar otra palabra que no sea esa.

Recuerdos de como me rompían el alma, la inocencia, la hermosa adolescencia, se hizo presente en este momento, no tuvieron piedad de mí, me abusaron, me torturaron, era una niña, era inocente, no pertenecía al perverso mundo del hijo de puta que hasta hace poco creía ser mi padre.

—¿Por qué?— caminó hacia la isla de la cocina y sirvió un vaso de agua, lo puso frente a mí, lo estrellé contra la pared, lo miré con rabia.

—¿No me recuerdas?— negó.

—No sé de que me hablas.

—Soy Ángel Mancini, la joven pequeña e inocente que hace siete años  tu y tu hermano abusaron sin compasión.— sequé mis lágrimas con rabia.

—No puedes ser tú.— retrocedió llevando su mano a la cabeza, es como si mi presencia le doliera.

—Mírame bien pedazo de mierda, no sabía quién eras hasta ahora, pero ahora que lo sé, créeme no descansaré hasta hacerte pagar todas y cada una de las que me hiciste.— mi mano arde, bajé la mirada hacia la palma de mi mano, tengo una herida por culpa de los cristales del vaso.

Salí de su departamento desesperada, llevo años alejándome de estas personas y es increíble como terminé enamorada de mi peor enemigo, de uno de los hombres que contribuyó en mi sufrimiento, de la persona que acabó con mis ganas de vivir, aparece así de la nada en mi vida y remueve todo lo que tardé en guardar, entra a mi casa así como si nada, esta vida es injusta con las personas menos indicadas.

StephanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora