Stephan

Capítulo 36

Ángel

—Me parece bien que hayas decidido bajar a desayunar, llebavas días encerrada en esa habitación.— me dice con una sonrisa mi cuñada.

Estamos en el jardín de la casa, a mi parecer es la parte más hermosa de esta casa, las plantas, rosas y árboles son toda una belleza, ni hablar de la enorme piscina.

—Me sentía más cómoda encerrada, además me daba espacio y tiempo para pensar.— tomo asiento en un extremo de la enorme mesa.

—A mí me agrada que hayas salido de ese encierro.— mi hermano sonrié y da un sorbo a su jugo.

Sirvo pan de canela, queso y un poco de fresas en mi plato.

—Salí más porque necesito que me lleves a la casa de Noel.— muerdo mi pedazo de pan.

—Bien, termina de desayunar, le avisaré a mis hombres para que vayamos.— asiento.

Le da un beso a mi cuñada y sale dejándonos a solas en la mesa.

— ¿Cómo va ese embarazo?— me animo a preguntar.

—De maravilla, daré a luz el mes entrante.— acaricia su vientre y sonríe.

Sonrío al recordar como soñaba con tener una niña, casarme y vivir en Bali, en una hermosa isla con mi hermosa familia.

—¿De qué te ríes?— pregunta con curiosidad.

—No es nada, solo recordé cuanto deseaba ser madre y tener una hermosa niña.— llevé una fresa a la boca.

Sebastián nos saludó y se sentó a mi lado en la mesa, sirvió desayuno y se limitó a comer.

—Cuéntame, suena interesante.

—Soñaba con casarme, tener una hermosa niña la cual iba llamar Regina, mudarme en la hermosa isla de Bali y vivir en la traquilidad de la arena y el mar.— sonreí, Sebastián escucha con detenimiento.

—Estas a tiempo de lograrlo.

—Hace tiempo descarté ese sueño, ahora tengo otros planes a futuros.

—Nunca es tarde para cumplir nuestros sueños.

—Cuando quedé embarazada por culpa de aquella violación, iba a tener una niña, pero decidí abortarla, me arrepiento sabes, por ciertos aspectos, luego recuerdo el mierdero por el que tuve que pasar para tenerla y se me pasa.— sonrió sin gracia.

Ambos me escuchan, ninguno dice nada y así transcurre el desayuno, me despido de mi cuñada y salgo con Maximiliano y Sebastián a conocer a Noel Coppola, mi padre y el verdadero creador de todo mi dolor y pesadillas.

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Estacionamos frente a una hermosa casa, esta se encuentra ubicada a las afueras de Londres en un bosque al igual que la carretera que nos lleva hasta ella, bajo de la camioneta acompañada de los escoltas de mi hermano, Maximiliano y Sebastián también bajan de la camioneta, de la nada salieron hombres armados apuntandonos, los escoltas de mi hermano sacaron sus armas y les apuntaron.

—¡Bajen las armas!— gritó un señor que por lo que deduzco debe ser Noel.

Todos obedecieron al señor, incluyendo a nuestros hombres, el señor se acercó a nosotros, escaneó mi cuerpo y se detuvo en mis ojos, su parentezco conmigo es indiscutible, somos muy parecidos.

—¿Supongo que sabes quién soy?— observo todo el entorno detenidamente.

—Por supuesto que lo sé, adelante, aquí no hablaremos con calma.— camina hacia la casa, observo a mi hermano y este asiente dandome a entender que lo siga.