Ángel
Dos semanas, hace dos semanas la vida de cada uno de nosotros cambió por completo, Sebastián está mucho mejor de su herida, de hecho ya no queda nada de aquella enorme quemadura, sumergida en mi dolor, me propuse curarlo todos los días.
Desde el día en que mi padre me rescató vivo junto a él, la casa en la que residía con Sara ya la he alquilado a otras personas, no quiero vivir sola, mi padre pidió que viviera a su lado hasta que las cosas logren calmarse del todo.
Mi sobrina ya nació, es toda una princesa, es idéntica a mí, pelo negro, ojos azules, muchas pestañas, piel blanca, una belleza, mi cuñada permanece en reposo, su parto tuvo serias complicaciones, lo cual obligó a los doctores a realizarle una cesárea por su bien y el de la bebé, mi hermano está más que feliz, cuando puede trae la niña para que la vea, solo he visitado a mi cuñada una vez.
Por lo que supe mis amigos Marcus y Marcos están de maravilla ya están en proceso de graduación y ambos tienen pareja, me siento bien por ellos, todo dice marchar bien y así espero que sea, asistí al funeral de Stephan y Alex, sentí incomodidad, pero más que eso, sentí tristeza, mi padre y Sebastián se opusieron a la idea, era algo que necesitaba para poder avanzar.
Durante esta etapa de duelo, he descubierto mi talento en la pintura, he pintado hermosos cuadros, tengo toda la sala de mi padre repleta de cuadros, el último que estoy pintando es el cuerpo de Stephan, parece tan real que siento que él está a mi lado, le he pintado una pequeña frase al final de la pintura, "no podré resistirme a ti."
—¿Se puede?— la madre de Stephan entra a mi habitación, me resulta un poco extraño tenerla aquí.
—Ya está dentro, supongo que sí.— dejo el pincel a un lado y me volteo hacia ella.
—Es hermoso.— se acerca a mi pintura.— me gusta.
—Gracias, no sabía lo que podía hacer con un pincel hasta que lo intenté.— tomo un paño y limpio mis manos.
—Te debo una disculpa y siento que debo pedirtela.— se pasea por mi habitación, observa todo el lugar.— no debí decir todas las cosas que dije aquel día, es solo que... lo que sucedió me afectó, no te imaginas cuanto niña.— sus ojos comienzan a cristalizarse.
—Todo lo que dijo fue cierto, no tiene que disculparse.
—Te equivocas, nada de lo que dije fue cierto, la única victima de todo esto eres tú, más bien la única culpable aquí soy yo.
—Siento mucho todo esto, créame.— me acerco a la ventana.
—Lo sé, por eso he venido, no te sientas culpable, ahora eres libre, te lo mereces.— sonríe con tristeza.
—Lo intentaré.
—Ángel, Stephan no murió, está vivo.— suelta sin mirarme.
—¿Qué?... no entiendo.— me siento confusa con lo que acaba de confesar.
—Mi hijo está vivo, logró sobrevivir, después de que tú y Sebastían salieran, él sacó el cuerpo de su hermano y lo dejó retirado de la casa, él se fue a casa de Agata a esconderse, horas después se comunicó con nosotros, me pidió que mantuviera todo como estaba, por ti, por todo, era su desición, no era nadie para cambiarla.
—¿De quién se esconde?— esto no me hace sentido, él no tiene que esconderse de nadie.
—De ti linda, no quiere que estés cerca de él, siente que no te merece, ya bastante daño te causó.— se sienta sobre la cama.
—Pero, él no me violó, todo fue manipulado por Alex para que ambos creyéramos eso.— mi cabeza no asimila todo esto, me siento feliz al saber que está vivo, como a la vez triste por su engaño.
—Eso lo sabe, pero no quiere seguir cerca de ti, desea dejarte ser feliz con alguien más, alguien que no te recuerde tu doloroso pasado, alguien que te ayude a sanar.— busca algo en su bolso.
—¿Dónde se está quedando?— observo como saca de su bolso un sobre blanco.
—No sé donde está, lo único que sé es que debe estar en un avión en estos momentos junto a su novia Agata, decidió formar una vida lejos de todo esto, espera que tú hagas lo mismo.— al escuchar que se fue con su novia una punzada de dolor atravesó mi corazón.
—Entiendo.
—Dejó esto para ti, no sé que sea, solo me pidió que lo dejara en tus manos.— contengo las lágrimas y tomo el sobre.
—Te deseo lo mejor linda.— se levanta de la cama y se acerca a la puerta.— lo mereces, siento mucho el daño que mi hijo te causó.
—Hasta luego señora Ferrara.— no miro hacia atrás, siento que si lo hago explotaré.
Me siento sobre la cama, pienso si abrir o no el sobre hasta que decido hacerlo, el sobre contiene una carta y una hermosa cadena con un hermoso dige de un Ángel, abro la carta y comienzo a leerla.
Para: Ángel
Debes tener un millón de preguntas rondando por tu mente, tal vez no tenga las respuestas para todas, te pido perdón por ocultarte que estaba vivo, fue lo mejor que se me ocurrió, así no me buscarías, ni intentarías acercarte a mí, no quiero que pienses que fuiste un juego para mí, si piensas eso te pido que dejes de hacerlo, te amo, es la primera vez que puedo decirte esto sin sentirme como un tonto, no está mal sentirme así, siempre y cuando seas tú la causa.
Pero esos motivos no valen para quedarme, debo dejarte ir, que seas libre por primera vez en tu vida, evitarte el dolor y sufrimiento, que sonrías y veas la vida de otro color, es lo que siempre has merecido, gracias a esa confesión por parte tuya logré perdonarme a mí mismo, el culpable de todo fue mi hermano, aunque eso no quita que cada vez que me veas recuerdes aquel maldito día.
No hace falta pedirte perdón, sé que me perdonaste, pero te pido perdón por esto que acabo de hacer, he decidido marcharme, irme lejos de aquí, de este mundo que no ha hecho más que arruinarme la vida, no quiero esta vida, deseo algo mejor para mí y trabajaré para conseguirlo, tengo sueños e iré tras ellos.
Le daré una oportunidad a Agata, se lo merece, ella ha luchado por mí, así como lo hice por ti, no merece mi desprecio, es una buena chica, sé que no la quiero como te quiero a ti, pero haré el intento de quererla, comenzaré una vida con ella, no sé si funcione, lo que sí sé es que pondré todo mi empeño para que así sea.
Te dejo, porque el día en que sentía que te perdía por completo, me di cuenta de que Sebastián te ama con toda su vida, no le importa si tiene que dar su propia vida por la tuya, él lo hará, dale una oportunidad, quierelo con la misma intensidad que me quieres a mí, es más quierelo el doble, él sí te merece, merece todo lo bueno y bello de ti.
"Quizás nuestro destino fue conocernos, pero no permanecer juntos."
Te quiero y siempre lo haré, la cadena es un pequeño presente para que nunca me olvides, el día que ya no la conserves, ese día me habrás olvidado y yo pasaré a formar parte de tu pasado.
Sé feliz mi hermoso Ángel.
No derramo una sola lágrima más, tiene razón, no debo seguir sufriendo, todo lo contrario, debo pensar más en mí, en mi felicidad, en lo que realmente merezco, lo quiero, pero sí él es más feliz sin mí, pues le deseo lo mejor de todo, sanaré y también tendré esa felicidad que tanto he anhelado.
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Stephan
ActionÁngel Mancini, hermosa joven italiana, tras crecer en un mundo lleno de perversiones, drogas y enemigos, decide huir y radicarse en Londres, por culpa de los traumas del pasado no es capaz de enamorarse, todo cambia cuando Stephan llega a su vida de...