Sweet Revenge © [✔]

4. Wet

Nerviosa. Así se sentía Serena.

En otras circunstancias, donde solo fuera ella, asistiendo a una simple fiesta, honestamente... ya se hubiera emborrachado. En esta ocasión, no era así.

No podía mostrar que estaba aterrorizada, tenía que disimularlo.

— ¡¿Esta es la habitación de Daniel Thompson?!—Akemi exclamó, totalmente en shock. — ¡Esto es un departamento!

—Siempre soñaba con venir a una de estas fiestas pero...—Katherine estaba aun más sorprendida que Akemi. —Ahora que estoy aquí, ya no sé si sea una buena idea.

Oh no.

— ¿Es tarde para irnos?—Akemi siguió.

¿Pero qué les pasaba?

Serena, la que tenía que espiar al dueño de la habitación se estaba controlando, ¿porque ellas no?. 

Para la ojiazul, una fiesta nunca la intimidaba, ella intimidaba la fiesta.

— ¿Ese no es Jacob?—Serena rápidamente señaló al príncipe del otro lado del salón, sabiendo que Akemi sentía cierta atracción por él. No queria que se fueran.

— ¡Es él! ¡Vamos a saludarlo!—Akemi exclamó, tomando la mano de Katherine y llevándola con el chico.

Al menos, sus amigas ya no se querían ir, algo es algo.

Sigilosamente, Serena miró a su alrededor. Claro, encontró a quien buscaba.

Con varias chicas a su alrededor, ahí estaba Daniel. Luciendo genial como siempre...

Su atención estaba hacia un chica de pelo largo y rubio, se parecía mucho a Vanessa Abbey, la famosa modelo de Victoria Secret, hija de una famosa empresaria en el mundo del maquillaje. No le sorprendería que fuera ella, la verdad.

Serena sintió una punzada de celos, el sentimiento la tomó por sorpresa. 

Hizo una nota mental, debía ser cuidadosa.

No podía enamorarse de él...

No cuando Sebastian no le quita la mirada de encima.

Tenía un trabajo que hacer.

¿Cómo podía hacer que Daniel la notara?

Caminar hacia él, interrumpir la conversación y presentarse, no era un gran plan. Y más aún cuando estaba hablando con la Señorita Victoria Secret.

Ugh.

—Creo que no te había visto nunca antes por aquí—una voz a sus espaldas llamó su atención.

Era un chico, de pelo castaño y ojos azules, simplemente con una rápida revisión era encantador. Venía formal, aunque solo fuera una fiesta y Serena distinguió en su voz una clase de acento inglés.

—Soy nueva, me transfirieron hace poco—contestó la chica—, Soy Serena.

El chico le extendió la mano. —Bennedic, es un placer.

Serena sonrió, ya sabía que hacer.

La chica revoloteó sus pestañas y movió su cabellera. Bennedic se sonrojo.

— ¿Te gustaría una copa?—el chico le preguntó, la chica lo miró, seductora.

Oh, si que era buena en esto.

—Me fascinaría.

Al ver de reojo, que con su respuesta, Daniel había dejado de prestarle atención a la rubia, no solo se dio cuenta que lo había logrado, tambien de que Daniel, ya le había tirado un ojo encima.