39. Bajo la lupa de la verdad

8 0 0
                                    

Serena se encontraba sentada en una habitación iluminada por luces frías, la mesa de metal frente a ella y un espejo unidireccional en la pared que dejaba claro que estaba siendo observada. La tensión en el aire era palpable mientras esperaba la llegada de los agentes del FBI encargados de interrogarla.

La puerta se abrió con un chirrido y un agente entró a la sala, tomando asiento frente a Serena. El agente, un hombre de aspecto rígido con una expresión imperturbable, abrió una carpeta y comenzó el interrogatorio.

—Serena Diheart, estamos aquí para esclarecer los eventos ocurridos en la Casa Blanca esta noche. Tienes el derecho de permanecer en silencio, pero cualquier cosa que digas puede ser utilizada en tu contra en un tribunal de justicia. ¿Comprendes tus derechos?

Serena asintió, sintiendo el peso de la situación. —Sí, entiendo.

¿Qué más opciones tenia?

El agente observó detenidamente a Serena antes de comenzar con las preguntas. —Empecemos por el principio. ¿Por qué llevabas una pistola en la Casa Blanca?

Serena inhaló profundamente antes de responder, eligiendo sus palabras con cuidado. —Me dieron la pistola. No tenía elección. Fui amenazada, y temía por mi vida y por la vida de las personas que amo.

Su respuesta no estaba tan alejada de la realidad.

El agente asintió, apuntando en su cuaderno. — ¿Quién te dio la pistola y con qué propósito?"

Esa pregunta trajo consigo una avalancha de recuerdos, y Serena luchó contra las lágrimas que amenazaban con emerger. ¿Qué pasaría con ella si decía la verdad?

¿Anamelech vendría por ella?

¿Sebastian la buscaría?

—Primero querían información sobre Daniel, después querían que lo matara—Serena cerró los ojos por un momento antes de continuar—. Todo se me salio de las manos.

La incredulidad parpadeó en los ojos del agente antes de que volviera a su expresión impasible. — ¿Quién?

—Si abro la boca, estaría cavando mi propia tumba—Serena por fin dijo—. No puedo decirles lo que se.

— ¿Sabes en lo que estas metida? —él agente preguntó mientras cerraba el expediente en sus manos—, quisiste asesinar al hijo del presidente. Podria encerrarte toda la vida.

—Y estaría más a salvo detrás de una reja que si les digo la verdad—Serena murmuro.

El agente miro a Serena por unos largos minutos y solto un suspiro. — ¿Qué es lo que quieres para que me digas lo que sabes? Te hemos estado vigilando, desde que Daniel nos pidió que te buscaramos.

— ¿Qué Daniel hizo que?

—Desapareciste Serena—el agente dijo como si fuera lo más obvio—. Todas las vacaciones y antes de hacerlo, llamaste a Daniel.

Serena estaba sorprendida.

¿Daniel le había pedido al FBI que la buscara?

— ¿Y que encontraron cuando desapareci? —la pelinegra pregunto con curiosidad.

El agente miro a la ojiazul. — ¿Cómo puede alguien estar en la carretera en medio de la nada, para luego aparecer en Alemania y días después en Manhattan?

—Es una larga historia.

— ¿Quieres contármela? —el agente encarnó una ceja—. Yo mismo me encargare de darte protección si es que tu vida esta en peligro.

Serena palideceo.

¿Esta era su oportunidad?

—Queria ser independiente, no quería vivir con mi madre y recibi una carta—Serena comenzó su relato—. Un hombre llamado Sebastian me ofrecio mucho dinero por espiar a Daniel y yo acepté. No pude seguir con lo que me pidieron, menti y menti, jamas les di información sobre Daniel. Pero después, me secuestraron y no tuve más opciones que aceptar lo que me estaban pidiendo.

Sweet Revenge ©  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora