28. Reencuentros de tercer grado

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Serena abrió lo ojos y lo primero que sintió fue el espantoso dolor de cabeza y estomago.

Ya había amanecido pero la chica no estaba muy segura de lo que había sucedido, sentía como si hubiera estado dormida por meses.

La luz del día inundaba la habitación, y lo primero que vio fue el techo desconocido que se cernía sobre ella. Una sensación de confusión la invadió mientras intentaba recordar cómo había llegado hasta allí.

Entonces fue cuando lo recordó, había besado a Marcus y mucho peor, estuvieron a punto de tener sexo.

Trató de incorporarse, pero su cuerpo se sentía pesado y adolorido. La visión de su entorno se aclaró poco a poco, revelando que se encontraba en una habitación que le resultaba familiar. La cama en la que estaba acostada era extrañamente cómoda, y al mirar hacia abajo, se dio cuenta de que llevaba puestos unos shorts que le quedaban gigantes en su delgada figura. No recordaba haberlos usado antes, y se preguntó cómo habían terminado en sus piernas.

Volvio a mirar a su alrededor y finalmente cayo en cuenta que estaba en la habitación de Marcus. La ojiazul se sentía como si estuviera en un recuerdo. Un deja vú.

Cuando movió sus brazos, notó que llevaba puesta una blusa que la hizo sonreír a pesar de su confusión. Era una camiseta de Harry Styles.

La prenda la hacía sentirse más cómoda y ligera, aunque no estaba segura de cómo había terminado vistiendo esa camiseta en particular.

Los eventos de la noche anterior comenzaron a regresar a su mente en fragmentos y con cada flashback, Serena se sentia mucho más avergonzada.

Se sentó lentamente en la cama, tratando de aclarar su mente y enfrentar la realidad. Sabía que tenía que enfrentar las consecuencias y averiguar qué había sucedido, pero por el momento, decidió disfrutar de su pequeño refugio y de la extraña comodidad que la rodeaba.

Serena vio que su celular se encontraba en la mesita de noche junto a ella; más una pequeña botella de agua y lo que parecían dos aspirinas. La pelinegra no dudo en tomárselas mientras checaba sus mensajes de texto.

Gracias al universo, no tenia ningún mensaje nuevo de Sebastian pero si de Daniel.

Fue en ese momento que la culpa llego a su pecho, ¿lo había engañado?

Bueno, técnicamente la ojiazul no había sido infiel, ni siquiera había formalizado su relación con el rubio... ¿cierto?

<< "Te estare esperando en el aeropuerto. Que tengas buen viaje de regreso, hottie" >>

Serena leyó el mensaje unas cinco veces mientras soltaba un suspiro. Ni siquiera recordaba que hoy regresaba a Estados Unidos.

Decidida, se paro de la cama y camino hacia la cocina. No fue sopresa cuando se encontró a Marcus haciendo el desayuno.

—Soy la peor ex novia de la historia, ¿cierto? —fue lo primero que dijo, llamando la atención del castaño, haciendo que volteara a mirarla.

—Yo no me quedo atras—le dijo. Serena rodo los ojos.

—Lo lamento—la chica murmuro mientras tomaba asiento en la barra y escondia su rostro entre sus manos—, estaba muy drogada.

— ¿Desde cuando? —el castaño la miro mal y Serena no podía sentr más vergüenza que ahora.

—No tiene mucho—hablo con honestidad—. Empece un poco antes de Navidad.

No era novedad para Marcus que Serena se drogara, después de todo, el fue quien la apoyo la primera vez.

Sweet Revenge ©  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora