9. La cacería

90 10 0
                                    


— ¡Que envidia!—Katherine exclamó por centésima vez, haciendo rodar los ojos a Serena.

—No tengo nada que tu no tengas—le dijo, la morena la miró mal.

—Oh por favor—ironizó la chica—. Tienes el armario de una super modelo, follas con el hijo del presidente y eres hermosa.

Las mejillas de la ojiazul se prendieron al instante.

— ¡No "follo" con Daniel, Katherine!

—Sí claro, y yo soy la reina de Inglaterra.

—Es verdad—dijo Serena—, solo soy su pasatiempo. Ya verás cómo en poco tiempo no va a querer nada conmigo.

Katherine soltó una carcajada.

— ¡¿Es que tu estas ciega, cierto?!—se sobo la cien—. ¡Te mira como idiota enamorado!

—Aja...—Serena no le creyó, Katherine se dio por vencida.

— ¿Por qué no me crees, Serena? Sabes que no tengo pelos en la lengua.

—Es obvio, Kath—le dijo la pelinegra—. Es la cacería.

— ¿La cacería?

—Si ya sabes... cuando existe mucha atracción sexual y solo buscan un poco de diversión para pasar el rato—Serena confesó con nuevamente las mejillas sonrojadas. Katherine no se podía creer lo que le estaba diciendo.

—Eres rara—Katherine afirmó—. Muy rara.

Serena soltó una risita. — ¿Soy rara solo por ver lo obvio?

—No es la cacería o eso... como sea que le llames—le dijo nuevamente—. ¿Nunca has experimentado una cita de verdad?

No. La verdad es que Serena desconocía el verdadero significado de esa palabra.

Su mundo se basaba en tres simples cosas: Moda, dinero y sexo casual.

Claro, durante toda su vida, había tenido demasiados pretendientes, como príncipes, duques, hijos de empresarios, modelos... todo eso. Pero Serena en ningun momento buscaba algo serio, dejaba que la mimaran por un buen rato, disfutaba del sexo y eso era todo.

—Ehh si. Por supuesto que sí, Katherine—mintio Serena ante la penetrante mirada de su acompañante.

Ambas tenian horas libres y habían salido, se encontraban haciendo compras en Gucci junto con una copa de champagne en la mano, hasta que Katherine sacó el tema de Daniel a la luz y a Serena ya le empezaba a doler la cabeza.

—Se nota que Daniel quiere algo contigo—Kathrine no se cansaba de afirmar.

— ¿Y si yo no quiero algo con él?—preguntó, Katherine la miro con cara de pocos amigos.

—Eso no es cierto.

— ¿Y tu como sabes eso? ¿Eres mi conciencia acaso?

—Lo sé porque cada vez que se ven se desnudan con la mirada—ironizó Katherine, haciendo callar a Serena—. Ya lo dije, no solo es atracción sexual, se nota que hay algo más.

Y eso es lo que más temía Serena.

No podía dejar que pasara más allá que la cacería, tenía que seguir con su plan. Literalmente, su vida estaba en juego.

Tenía que admitir que Daniel podía ser el indicado, esa persona. Se sentía molesta con el destino por meterla en esta situación... si tan solo no hubiera abierto esa carta.

Pero, el hubiera... Lastimosamente, no existe y tan fácil como se metió en este lío, iba a salir de él. O al menos intentarlo.

— ¿Gusta más champagne, Señorita DiHeart?—la empleada llegó a su lado con una nueva botella de espumante, Serena asintió y vio como le rellenaban su copa con una mirada vacía.

Anhelaba volver a su antigua vida, ser aquella chica la cual todos hablaban en la gran manzana y todos querían ser sus amigos. Ir de fiesta y de compras, olvidarse de todo y nada.

— ¡Oh! Serena—escuchó como Katherine la llamaba, mostrándole unas increíbles botas de piel sintéticas—. ¿Crees que me queden? Tengo que asistir a un evento de presentación de mi padre y estas botas me están llamando.

—Son muy bonitas—la chica asintió—. ¿Qué evento tienes con tu padre?

—Al parecer va a sacar una nueva línea de relojes en colaboración con una diseñadora—Katherine dijo, viendo a Serena con una sonrisa—. Deberías venir, es un evento exclusivo.

Serena se lo pensó por un instante. Debía admitir que amaba los relojes Lennox.

—Me encantaría—Serena sonrió, tomando un trago de su copa.

—Estupendo—Katherine se emocionó—. Debes llevar a un acompañante.

Serena casi escupió su bebida. — ¡¿Qué?!

—Yo asistiré con un niño rico que mis padres me quieren presentar. Tú puedes llevar a Daniel.

— ¡Katherine!

— ¿Qué?—la mencionada fingió inocencia—. Al menos que tengas a alguien más que te quiera acompañar.

Serena dudó, pero finalmente accedió. Tenía que estar con Daniel de todos modos, Sebastian no tardaría en aparecer para pedir avances y ella aun se encontraba en la fase uno.

***

Serena respiró profundamente, intentando inhalar la tranquilidad del ambiente. Se encontraba justo frente a la puerta del dormitorio del rubio, el evento era al día siguiente... era ahora o nunca.

Serena llamó a la puerta, al poco tiempo escucho pasos del otro lado de esta y rápidamente la puerta fue abierta.

Daniel, al verla, no pudo evitar sonreír.

—Serena—la saludo—. ¿A que debo que la chica más hermosa del instituto este delante de mi puerta?

Serena rodó los ojos divertida y lo escaneo de arriba a abajo. El rubio llevaba unas bermudas color beige y una camiseta azul cielo con los primeros botones desabrochados. Se veía muy bien.

—Mañana es Viernes—dijo la chica, desviando la mirada avergonzada, Nunca había pedido una cita, siempre se la pedían a ella.

—Efectivamente.

—Y normalmente los Viernes por la noche los jóvenes suelen salir...

—Eso es correcto.

—Y yo bueno—la chica comenzó a dudar—, yo me preguntaba... si claro, si solo estás libre.... digo...

— ¿Me estás pidiendo una cita, Hottie?

Serena empezó a tartamudear, haciendo reír a Daniel. Estaba haciendo el ridículo. Sabía que esto era solo la cacería.

—Okay, ya entendí—dijo molesta, Daniel encarnó una ceja—. Lo sé, soy la cacería, pero al menos deberías ser un poco más amable.

— ¿Qué eres qué?

—Si solo soy un pasatiempo y esperas follar conmigo, dejame decirte que no soy una chica fácil. Es mejor que lo digas ahora porque yo no pierdo mi tiempo en los que no están interesados. Además...

— ¡Serena!—Daniel la interrumpió, colocando ambas de sus manos en sus mejillas, Serena frunció el ceño—. No eres la cacería.

La chica lo miró atónita. — ¿Qué?

—No solo es la diversión, también eres tú—comenzó a decir—, son tus ojos, tu sarcasmo, tu autoestima y personalidad. Si quiero salir contigo es por ti, no por algo más.

— ¿Quieres salir conmigo el Viernes por la noche? Katherine me invitó a un evento de su padre y yo...

Daniel colocó un dedo en sus labios, haciéndola callar. —Me encantaría, Hottie.

Ella no era la cacería para él, pero para ella... él sí lo era. O eso era lo que ella quería creer.

------

Sígueme en Instagram para contenido exclusivo: _fliceagaa

Tiktok: ferwattpad.aa

FL. <3

Sweet Revenge ©  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora