8. Nick Fury

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Daniel estaba extrañamente feliz, Jacob había notado como incluso parecía mucho más relajado.

—Entonces...—Jacob se quedó pensativo un minuto, mientras recapitulaba todo lo que su amigo le había contado. — ¿Todavía ni siquiera se echan un polvo?

Daniel rodó los ojos.

— ¿O un oral? por lo menos, digo...

—No puedo creer que de todo lo que conté solo te importe eso—el rubio interrumpió a Jacob, que le regaló una sonrisa maliciosa.

— ¿Que te puedo decir?—preguntó—, jamás había visto que te interesara tanto una chica como para esperar follar con ella.

—Que delicado—el rubio le dijo con sarcasmo, Jacob solo se encogió de hombros.

— ¿Y qué opina tu padre acerca de la chica "ojos bonitos"?

Daniel lo miró por un instante antes de desviar la mirada, Jacob al ver su reacción, abrió la boca levemente... sorprendido.

— ¡No me lo puedo creer!—Jacob exclamó—. ¡No lo sabe!

— ¿Por qué debería saberlo?—Daniel le preguntó, a la defensiva.

—Ehhhh... ¿Porque es tu padre? tal vez.

Daniel hizo una mueca.

—En nuestro mundo, Jacob... sabes bien que no podemos tomar muchas decisiones.

— ¿Hablas de Vanessa, cierto?

Daniel asintió con la cabeza. —Mi madre y la suya son mejores amigas de toda la vida, su más grande sueño es que seamos pareja.

—Tu ya lo dijiste—Jacob afirmó—, es su sueño, no el tuyo.

— ¿Y que se supone que haga?—inquirió el rubio—. ¿Conquistar a Serena y rogar al Señor que mis padres acepten la relación?

— ¡Exactamente!

Daniel no pudo evitar reír. —Sabes que eso es imposible.

Hay que realizar lo posible para alcanzar lo imposible—el príncipe dijo, Daniel lo miró raro.

— ¿Desde cuando dices frases de Simone Weil?

—No lo se, lo vi en un tiktok—Jacob se encogió de hombros.

Daniel soltó un bufido, tomando su mochila para irse de la habitación de su amigo.

— ¿A dónde vas?—Jacob le preguntó, Daniel suspiro.

—Tengo una junta con mi padre por videollamada dentro de unos...—Daniel miró su Apple watch—, veinte minutos.

— ¡Anda ve!—Jacob exclamó mientras hacía un ademán con la mano y se acercaba a su nevera privada, tomando una cerveza—, diviértete.

—Lo dudo mucho—Daniel le respondió.

El chico salió de la habitación para dirigirse a la suya rápidamente, no quería que su padre lo regañara por no reunirse con él. Su padre era el mismísimo Ethan Thompson, el presidente.

No lo malinterpreten, no tenía mala relación con su padre, lo admiraba demasiado pero, sentía como si de alguna manera... al igual que manejaba al país, lo quería manejar a él.

Serena aunque sonara raro y no tuviera mucho tiempo de conocerla, con ella lograba solo olvidar quien era por un tiempo.

Finalmente, llegó a su habitación que en realidad parecía un departamento. Daniel tomó asiento en su escritoria, se colocó los auriculares y se conecta a la videollamada.

— ¡Daniel!—su padre lo saludó apenas y lo vio a través de la pantalla—. ¿Cómo va la escuela?

—Sigo siendo el mejor de mi clase.

Ethan sonrió. —Como debe ser, hijo.

— ¿Y qué era eso tan importante que me debias decir?—Daniel se aclaró la garganta, su padre sonrió a medias.

— ¿Que no le puedo preguntar a mi único hijo cómo va su día?

Daniel rodó los ojos. —No soy tu único hijo, también tienes a James.

—Si claro...—el hombre puntualizó—, como si tu hermano de once años fuera a poder tomar decisiones en el gabinete.

Daniel suspiro.

— ¿Así de qué eso se trata?—le pregunto—. Quieres que me una al gabinete.

—Cuando termines tus estudios, obviamente.

— ¿Algo más?—Daniel le preguntó, claramente frustrado.

—Solo quiero que te vayas acostumbrando a recibir información acerca de lo que pasa en tu país—su padre se encogió de hombros—, así que toma nota.

Daniel obedeció con mala cara.

>>Hemos recibido informes acerca de que desde Moscú buscan sabotear las próximas elecciones, lo cual claramente me afecta directamente, su objetivo es que yo no me pueda reelegir y no sabemos hasta qué punto pueden llegar para conseguir información o alcanzar su propósito.

—Pero...—Daniel pensó por un instante lo que le acaban de revelar—, ¿Que no han tenido intentos persistentes acerca de esto? digo, este es un tema tóxico desde 1950.

—Siempre hemos tenido problemas con ellos, eso no es nuevo—su padre concordo—, y por eso mismo debemos prevenir.

—Entiendo...—Daniel murmuro, intentando ponerse en los zapatos de su padre. Una parte de él, se sentía agradecido por aquel gesto que su padre de cierta manera había hecho, contándole lo que le pasaba.

—Bien, eso era todo, Daniel—su padre sonrió—. Ahora cuéntame, ¿Qué tal todo con Vanessa?

Daniel trago saliva. —Eh si, Vanessa... somos buenos amigos.

—Aja...—su padre dijo—, ¿otra chica, cierto?

—Algo así—Daniel confesó.

— ¿Es de sociedad?—el hombre le preguntó, Daniel asintió—. Entonces la debo conocer, ¿Quién es?

Daniel dudó un instante, no queriendo responder. El chico no quería que su padre fuera a llevarle el chisme a su madre.

—Es...

—Serena Diheart—su padre lo interrumpió, sonriendo. Daniel se quedó boquiabierto—. No deberías sorprenderte tanto hijo, fueron capturados por varios de la prensa y mi equipo de seguridad impidió que las sacaran a la luz.

—Yo...

—Por favor, Daniel—su padre lo volvió a interrumpir—, tengo ojos y oídos en todas partes.

—Eso fue muy Nick Fury de tu parte, padre.

—Es una Diheart, hijo—su padre río—, son una familia adinerada y por esa misma razón tu madre no se molestara por si empiezan a salir.

—Gracias, papá.

—Anda, ve ya a clases.

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FL. <3

Sweet Revenge ©  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora