27. Reencuentros de segundo grado

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—Sigo sin entender que haces aquí, Serena—Marcus le dijo a la pelinegra una vez que la chica prácticamente se desplomo en el sofá de su living.

Serena sentía las paredes a su alrededor moverse y su cabeza le dolia, todo parecía moverse mil veces más rápido, pero ella se sentía increíblemente lenta.

—Ya te lo dije—solto un suspiro—, no tengo con quien pasar el año nuevo, y tu casa estaba relativamente cerca de donde me encontraba.

—Eres buena mentirosa—el chico le dijo mientras tomaba asiento junto a ella y la miraba con atencion—. Pero te conozco más de lo que te gustaría, Serena.

—Entonces si tanto me conoces—la ojiazul le dio una mirada reprochante—, sabras que no quiero hablar del tema.

— ¿Tiene que ver con el chico con el que estas saliendo? ¿Cierto?

Serena lo miro mal.

—Mi vida amorosa no es asunto tuyo—le recrimino mientras intenaba controlarse, la droga hacia que sus emociones salieran al aire con mayor facilidad y lo ultimo que quería era quedar vulnerbale frente a su ex.

Marcus comenzó a reírse. —Sabes que tu vida amorosa es de lo más hablado en los noticieron y en twitter, ¿verdad?

—Solo follo con el hijo del presidente. No es gran cosa—le dijo, intentando cambiar el rumbo de la conversación.

Serena comenzaba a sentirse mucho más sentimental con cada palabra que decía, su mente no dejaba de pensar y las estúpidas preguntas de Marcus no estaban ayudando mucho.

—Mejor háblame sobre ti y la niña con la que sales—le dijo, Marcus la miro curioso—. ¿Desde cuando te gustan menores?

Vale, eso se le había salido, pero no le importaba mucho. Estaba drogada después de todo.

—Auch—a Marcus no parecio molestarle su comentario y fingio estar dolido por unos segundos—. ¿Y a ti desde cuando te gustan políticos? Nunca han sido tu tipo.

Touche. Le reconocio internamente la ojiazul.

— ¿Y cual es mi tipo? —le custiono mientras ponía su dedo índice sobre su pecho de forma recriminatoria y perdia el equilibrio, quedando a solo centimentros de su rostro—. ¿Crees que eres el estereotipo de los chicos que me gustan?

— ¿Qué rayos sucede contigo? —Marcus bajo la mirada y se encontró con las brillantes ojos azules de Serena, con sus pupilas totalmente dilatas—. Sabes a lo que me refiero.

Serena hizo un intento de rodar los ojos pero sintió como su cienes dolían al intentarlo. —No nos vemos hace seis años, ¿crees que aun me conoces?

—Fuimos novios durante dos años y medio—Marcus la miró divertido ante su actitud infantil—, creo que se de lo que hablo.

—Pfff, no sabes nada.

Esa era la única verdad que había dicho la pelinegra desde que llego a la casa del chico. Marcus no tenia ni idea de lo que en Serena se había mentido desde la última vez que se vieron.

Por lo contrario, la hierba seguía haciendo de la suyas con cada minuto que pasaba y Serena no sabía cuanto tiempo le quedaba para que perdiera totalmente la cordura.

—Se que te aterra el compromiso—Marcus rió entre dientes mientras se dedicaba a observarla mejor, el chico debía admitir que siempre tendría una debilidad por la ojiazul—, después de todo por eso terminaste conmigo.

Serena solto un suspiro. —Termine contigo porque ya no nos hacíamos felices, idiota.

—Cierto—Marcus reconocio mientras posaba su mano en una sueva caricia sobre la mejilla de la chica—. Pero siempre estare para ti, eres mi mejor amiga. Lo sabes.

Sweet Revenge ©  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora