Capítulo 1.

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Libro: La Historia Interminable.

"Las pasiones humanas son un misterio, hay gente que se pasa la vida escalando montañas sin poder explicar por qué."

Una pelinegra abría la puerta de la habitación 127, era el primer día que la dejaban entrar, después de toda la semana anterior no había podido entrar, se lo impedía, ¿Cuál era aquel motivo de la urgencia de Juliana Valdés por aquella habitación?

Solo uno, Valentina Carvajal.

La semana anterior había ocurrido un accidente, Valentina había sido arrollada por el descuido de un conductor, pues esta tenía el celular en las manos y no logró frenar a tiempo para evitar el accidente.

La habían llevado de urgencias al hospital más cercano, y era allí en dónde se encontraba, pero no todo es feliz y de color rosa, Valentina estaba en estado de coma, respondía a veces el tratamiento, pero no eran reacciones recurrentes, sino simples movimientos pequeños que a veces captaban, la actividad cerebral era débil.

Juliana estaba preocupada, se sentía culpable por lo que había ocurrido.

—Hola Valentina —dijo Juliana cerrando la puerta de la habitación para disponerse a ir directo a la camilla en donde se encontraba Valentina recostada.

Juliana vio las maquinas que la ayudaban a respirar y hacer que su corazón siguiera latiendo, sus ojos picaron en ese momento, vio a Valentina, quería que, por arte de magia, por una maldita obra divina despertará, pero sabía que eso podría tardar mucho tiempo.

La pelinegra acaricio el lomo de un libro de color azul, que en su centro tenía dibujado un círculo con dos serpientes formándolo, lo agarro en sus manos, tomó una de las sillas que se encontraba allí en la habitación y la coloco del lado izquierdo de donde estaba Valentina.

Se dispuso a tomar asiento y puso el libro encima de sus piernas y con su mano izquierda tomó la mano de la rubia.

—Se que tal vez sonará ridículo, y no sé si... sí me estés escuchando, pero una vez me dijiste que era tiempo de leer todos esos libros que tienes en tu repisa —dijo Juliana acariciando con el pulgar la suave piel de la mano de la más pálida.

La luz de la habitación blanca era buena, se escuchaban los sonidos de las maquinas trabajando.

—Te dije que lo haría, y apenas traje uno conmigo —Juliana agarro el libro—. Los voy a leer, terminaré todos aquellos libros de esa repisa tuya, me dijiste que todos estos libros son especiales para ti, que querías que los leyera para poder comprenderte, aun me pregunto a que te referías con eso.

Juliana hizo una pausa, soltó la mano de Valentina y abrió el libro, en el había escrito algo en la página en blanco.

"Todas las historias son interminables, espero y encuentres la tuya Juliana."

La pelinegra se sorprendió al leer esa nota y sonrío mientras posaba su mirada en la chica.

—Tu eres mi historia interminable Valentina —dijo mientras sonreía—. No te rías si me llego a trabar un poco, hace mucho que no leo en voz alta para alguien, deberías considerarte afortunada Valentina.

Y Juliana comenzó a leer el primer libro para Valentina, La Historia Interminable.

Mi Bella Durmiente |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora