Capítulo 40.

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Libro: El Guardián Entre El Centeno.

"A todos los que vinieron a visitarme les pondría una condición. No hacer nada que no fuera sincero. Si no, tendrían que irse a otra parte."

Lexa se encontraba sentada en el piso de madera de la estancia, en su departamento, observando fijamente aquel portarretrato que había roto por accidente. ¿Por qué lo observaba fijamente? Lo hacía por la simple razón de que allí estaba una fotografía de casi todas ellas.

Era de un viaje que habían hecho hace tres años, habían decidido por mayoría de votos que la mejor opción para ir a una playa cercana era irse directamente en la camioneta del tío de Janice.

En un principio pensaron que no las dejarían utilizar la camioneta, pero el tío de Janice había aceptado sin rechistar ni un poco, todas estaban muy emocionadas por aquel viaje, había sido muy largo y con el poco dinero que tenían entre todas compraban gasolina y juntaban comida.

Pero algo era muy claro, aquel recorrido había valido la pena, cuando estuvieron cerca de la playa se sorprendieron mucho al ver que no había muchas personas, apenas y algunos niños jugaban en la arena y no había adultos asoleándose bajo los rayos de luz, simplemente se podía escuchar a las pequeñas olas del mar cuando llegaban a la orilla.

Valentina era quien tenía la cámara, y cuando vio que todas observaban el mar, ella se alejó para tomar una fotografía, en ella se mostraban solo mirando el mar, dándole la espalda a la cámara y a la fotógrafa en sí.

Agarro el marco de la fotografía y lo miro, se había dañado con una grieta que atravesaba casi toda la imagen, suspiro, tenía que conseguir otro marco inmediatamente, o tal vez alguna de sus amigas tenga alguno que le regale.



Juliana Valdés acababa de salir del hospital cuando un mensaje le había llegado, era de Lexa, le pregunto si acaso tendría algún marco de fotografía que pudiera regalarle.

La pelinegra se quedó en la entrada del hospital por unos momentos, ¿un marco? Repaso por sus recuerdos, y sí tenía uno, solo esperaba que fuera del tamaño perfecto para la fotografía de la mayor, de nuevo dirigió su vista a la pantalla del celular y comenzó a escribir su respuesta afirmativa.

La mayor no tardó en responder, al parecer alegre, y le dijo a Juliana que la vería en veinte minutos, sin más la pelinegra comenzó a caminar con el nuevo libro en sus manos hacia su departamento, tendría que apresurarse un poco, pues el hospital no se encontraba tan cerca de su departamento.

—¡Siento la demora! —Juliana se había sorprendido al ver a Lexa sentada recargándose en la puerta de su departamento.

—No te preocupes, imagine que no estarías cerca —miro las manos de la pelinegra—. ¿El Guardián Entre el Centeno?

Juliana saco las llaves de su departamento.

—Sí, hace rato estuve leyéndole a Valentina.

Lexa se incorporó para que Juliana pudiera tener un mejor acceso a la cerradura, cuando abrió la puerta inmediatamente ambas chicas entraron.

—¿Entonces si tienes el marco?

—Sí, pero debo encontrarlo, creo está en una de las cajas que guardo Valentina, cuando nos mudamos aquí hubo algunas cosas que se quedaron guardadas.

—Entonces te ayudaré a encontrarlo —la pelinegra asintió.

Ambas se dirigieron a la habitación que compartían Juliana y Valentina, al entrar Juliana se dirigió de manera rápida hacia su cama para después buscar debajo de esta, en cuanto Lexa entro sus ojos viajaron a la cama de aquella que seguía dormida, miro que seguía perfectamente acomodada y que encima recargado en la cabecera había un peluche de ese personaje que tanto amaba Valentina.

Se acerco allí y agarro el peluche para después sentarse en la orilla de la cama observando como Juliana jalaba una caja de abajo de su cama.

—La encontré —dijo sentándose en el suelo cruzando sus piernas, miro a la mayor que solo estaba recargando levemente su cabeza sobre el peluche de Valentina.

—¡Genial! —exclamo dándole una sonrisa.

—¿No qué querías ayudarme?

—Creo que cambie de opinión, me quedaré aquí con Teddy.

Juliana negó divertida con la cabeza y se dispuso a abrir la caja, cuando lo hizo no pudo evitar estornudar, tanto polvo en verdad que hacía un poco de daño a sus fosas nasales.

A la mayor le carcomía la curiosidad por saber que era lo que había dentro de aquella caja, sin más con el peluche en sus manos se acercó esta vez acostándose boca abajo en la cama de Juliana y observando lo que sacaba de aquella caja misteriosa.

Había un montón de cosas pequeñas, algunos adornos de mesa, otros saleros, además de algunos platos y vasos que al parecer coleccionaban, pero sus ojos divisaron rápido el marco de fotografía, sin pensarlo mucho lo tomo en sus manos, grande fue su sorpresa al ver que en ella había una fotografía de todas, era la misma imagen que ella tenía en el marco que había roto.

—¿Qué pasa?

—¿De quién es está fotografía?

Juliana agarro el marco y miro la fotografía, grandes recuerdos, le encantaban.

—Es de Valentina, quería ponerla, pero no encontró el lugar adecuado, así que mejor la guardo, ¿qué no se supone que tienes una igual?

—Sí, de echo ese marco con esa misma fotografía fue el que rompí. Pensé que era la única que la tenía, Valentina me lo regalo después de una pequeña discusión que tuvimos entre todas.

—Sí lo recuerdo...

"No te preocupes Lexa, a pesar de que nos veas enojadas las unas con las otras, y pienses que dejaremos de ser amigas, mira esta fotografía y sabrás que nada nos puede separar."

—... eso fue lo que me dijo aquel día.

—Ella siempre tiene la razón.

La mente de Juliana divago un poco en la frase que había leído antes de comenzar con la lectura para Valentina, de aquel libro.

"Siempre habrá esa pequeña esperanza de estar juntas por siempre, Juliana, así que ni por un motivo dejes que una simple pelea nos separe."

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Ya solo quedan 5 capítulos para que termine, los publicare el Jueves.

Mi Bella Durmiente |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora