Capítulo 32.

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Libro: 1948.

"A veces te amenazan con algo... algo que no puedes soportar, que ni siquiera puedes imaginarte sin temblar."

El ambiente era embriagador, ¿Cuánto hacía que no iba a una fiesta? Ha pasado un tiempo desde que no había asistido a una fiesta, ¿y qué mejor que un viernes por la noche como ese, para asistir a una?

Su amigo Jackson la había invitado y Laila no tenía planeado asistir, pero no tenía algo mejor que hacer, se había alistado temprano para poder salir a aquella fiesta.

Laila estaba disfrutando de las canciones a todo volumen, mientras veía las pocas luces que había en aquel lugar iluminando apenas y el rostro de los presentes allí, no había duda de que era una gran fiesta, el olor a alcohol inundaba el lugar, además de que varios tenían en sus manos y comisuras de sus labios algún cigarrillo.

Los olores eran distintos, desde el típico tabaco, hasta la menta y olores dulzones de sandia provenientes de cigarros eléctricos, Laila estaba consciente de que eran muy conocidos entre sus amigos, pero a ella no le gustaban, pensaba que eran unas tonterías, ya que si pensaba drogarse que fuera enserio.

Laila salió al patio que se encontraba en la parte de atrás de la casa, necesitaba algo de aire fresco, pues el calor del lugar, más el olor a las adicciones la habían inundado demasiado pronto y no le agradaban en lo más mínimo, a pesar de que sentía a gusto allí, podía sentir un ligero vacío, Laila sabía que posiblemente seria porque no estaban sus amigas a su lado.

Respiro el aire en cuanto ya estuvo alejada un poco de la casa, al exhalar el aire percibió un ligero olor a pino y pasto recién podado.

—¡Hey Laila!

La nombrada giro sobre sus talones para mirar de quien se trataba. No le sorprendió en lo más mínimo al encontrarse con su amigo Jackson, tenía en su mano derecha un cigarrillo y expulso algo del humo, Laila sabía que seguramente seria uno de menta, a Jackson le encantaba fumar siempre cigarrillos de menta.

—¿Te diviertes?

—Sí, aunque es algo pesado el ambiente —respondió Laila mirando el cielo, apenas y había estrellas—. Pero es una gran fiesta.

—Lo sé —le dio una calada a su cigarrillo—. Esta vez sí se lucieron.

Jackson expulso el humo en cada palabra que pronuncio, Laila veía el humo salir de sus labios. A veces Laila aún tenía una pequeña necesidad de fumar, aunque sea un cigarrillo, era como un ligero pellizco, quería hacerlo, quería ir y comprar una cajetilla y pasarse una tarde disfrutando del humo.

—¿Gustas? —pregunto Jackson ofreciéndole un cigarrillo.

—No —respondió Laila—. Lo he dejado.

Jackson enarco una ceja al escuchar eso, sonrió mientras le daba otra calada al cigarrillo de menta.

—¿Tu? ¿Dejarlo? Laila, no lo creo para unos es fácil, pero llevas... tres o cuatro años sin soltar una cajetilla de cigarros, ¿Cuántos fumabas?

—Tres o cuatro al día.

—¿Ves a lo que me refiero? Ya es muy difícil que pases un día sin querer probarlos. ¿Por qué lo dejaste?

Laila suspiro y en su mente paso el recuerdo de la cajetilla de cigarros que le había dejado a Valentina en aquella habitación pintada de blanco.

—Le hice una promesa a una amiga, le dije que dejaría de fumar.

—¿Qué amiga?

—Valentina Carvajal.

Jackson sonrió y negó con la cabeza, sabia del accidente que le había pasado a la chica de piel pálida.

—¿Valentina Carvajal? —sonrió no pudiendo creer lo que había escuchado—. No hagas promesas a muertos.

Laila apretó los puños en cuanto escucho el comentario de su amigo Jackson, no podía creer que había dicho tales palabras.

—ELLA no está muerta, despertará.

—¿Y si eso no ocurre? Laila, tienes que aprender, es mejor hacerles promesas a personas vivas, ellas pueden verte y apreciar lo que haces.

Laila iba a contestar, pero no quería meterse en una discusión con su amigo Jackson, pero tampoco debía quedarse callada, de eso estaba muy consciente.

—Vivo o muerto siempre apreciaran lo que haces, no es necesario que te lo digan con palabras, mi promesa la cumpliré, aunque no satisfaga a nadie, al menos estaré bien —Laila comenzó a caminar de nueva cuenta hacia la casa.

—¿No que te había asfixiado el ambiente?

—No voy de regreso a la fiesta, me largo de aquí.

Sin esperar una respuesta de Jackson, salió de la fiesta y de la casa.



—Valentina —Laila entro a la habitación 127.

Era temprano, pensó que podía ver a Juliana allí leyéndole a Valentina, pero no la encontró en la habitación, supuso que estaría apenas levantándose para llegar y leer a su bella durmiente.

—Parece que Juliana no ha llegado, bueno eso me da tiempo para venir a verte.

Laila tenía algo en su mano izquierda, lograba cubrir aquella nueva caja de cigarrillos casi por completo con su mano cerrada en un puño, evitando aplastar la caja, que aún estaba sellada.

—Ayer... fui a una fiesta a la cual me invito Jackson. Me fui casi de inmediato, creo que no dure más de tres horas allí adentro, le conté sobre la promesa que te había hecho, dijo que era una tontería, que no debería hacerle promesas a la gente muerta, pero no estas muerta, lo sé porque solo estas dormida, solo falta que despiertes y vuelvas a sonreír y tal vez te vuelva a contar esto y tu dirás "no le hagas caso aun idiota como Jackson"... sí, posiblemente es lo que dirías.

Se acerco a Valentina y coloco la caja de cigarrillos en la palma de la mano derecha de la más pálida, luego con cuidado cerro los dedos para formar un puño, para que así la agarrará.

—Tengo otra promesa, pero quiero hacerla esta vez mas contigo, prometo que cada que sienta ganas de fumar darte una caja de cigarrillos y tú me darás un paquete de esos dulces llamados salvavidas, creo que es una buena manera de que me recuerdes que es a ti y solamente a ti a quien he hecho una promesa que debo cumplir.

Detrás de la puerta la pelinegra sonreía mientras escuchaba aquellas palabras de parte de su amiga, Juliana había pasado por un café ya que tena algo de frío y al ver que Laila estaba en la habitación de Valentina, decidió escuchar.

"Ni la persona más débil ni l más fuerte es capaz de romper promesas, porque sabe que se estaría decepcionando no solo a la persona a quien se la hizo, si no también así mismo."

Mi Bella Durmiente |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora