Capítulo 23.

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Libro: La Naranja Mecánica.

"La bondad es algo que uno elige. Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre."

La tarde era maravillosa, el viento que pasaba por sus hebras negras, la hacía relajarse un poco, Juliana iba montado en su bicicleta dando un paseo, en verdad que lo necesitaba, llevaba una mochila sobre su espalda, dentro de ella venia el siguiente libro para Valentina, y además el diario de la mencionada.

Juliana había leído algo que no se esperaba.

09 de marzo.

Fue un día ¿maravilloso? Bueno si lo fue, no me esperaba nada de lo que vi, este día cumplo un año más, y pensaba celebrarlo recostada en mi habitación sin hacer nada más que ver algunas películas o perderme entre sueños y pesadillas, pero no fue así.

Juro que en estos momentos estoy sonriendo, mis amigas me prepararon una fiesta sorpresa. En la mañana Isabella me hizo enojar porque me despertó saltando encima de mí y llevándome directo a la cocina, pero toda la casa estaba a oscuras.

Lexa prendió las luces y recibí un enorme grito de "¡Felicidades!" que me dejo boquiabierta, en las manos de Janice había una pequeña caja envuelta en papel color azul cielo, Laila me había lanzado confeti sobre la cabeza y Juliana, ella tenía un pequeño pastel que decía "Feliz cumpleaños Val" estaban las letras algo chuecas, y solo así me di cuenta de que ella lo había hecho.

Me celebraron con brochetas de cordero, algunas bebidas y muchos abrazos, Katherine no estaba, había salido de viaje, pero realizo una video llamada para felicitarme desde donde se encontraba.

Sin duda alguna me la he pasado bien, y sinceramente se los agradezco mucho a todos ellas.

De nueva cuenta Juliana se ha quedado dormida sobre mi cama, le pondré unas mantas para que no le dé frio, de nuevo dormiré en el suelo, pero no importa, me siento feliz, este fue uno de los mejores días de mi vida.

Juliana sonrió al recordar las palabras que había leído de aquel diario, ¿en verdad la habían hecho feliz? Por supuesto, Juliana lo había notado desde un principio, recordó la cara de sorpresa de Valentina, recordó que sonreía de vez en cuando y se reía por las bromas y pequeñas peleas que había entre Isabella y Lexa.

—En verdad un gran día.

Juliana había llegado al hospital, estaciono su bicicleta y la aparco cerca de un poste, con una cadena la amarro y coloco un candado, asegurándose de que así cuando saliera siguiera allí la bicicleta, suspiro y se adentró al hospital.

Todo se veía tranquilo para Juliana, saludo a la recepcionista y se dirigió al elevador para poder ir a la planta en donde se encontraba la habitación 127. Por su mente pasaban las otras palabras del diario.

18 de marzo.

Katherine se torció el tobillo por no calentar antes de salir a correr con Janice, Laila y Lexa están con ella en el hospital, Janice la regaño por un largo tiempo en el hospital, ahora ya se encuentra un poco mejor, necesita reposo.

Estoy escribiendo mientras Isabella grita muy emocionada, está jugando Super Mario con Juliana, y claro que Juliana va perdiendo, Lexa revisa su celular mientras está recargando su cabeza sobre mi regazo, así que tengo mi diario casi cerca de su cara, Juliana de vez en cuando nos mira, ella se distrae mucho, se ve enojada, después hablare con ella.

He hablado con Juliana, esta celosa, me ha dicho que no deje que Lexa recueste su cabeza en mi regazo, se ha puesto sonrojada en cuanto acabo de decirlo, no he podido sacarla de entre las cobijas de su cama, dice que se siente avergonzada, pero no tiene que estarlo, con eso solo me demuestra que mi teoría es cierta, ella siente algo por mí.

Juliana sale del elevador y camino por el pasillo hasta llegar a su destino, suspiro y abrió la puerta de la habitación, se adentró y miro a Valentina.

—Valentina, he llegado.

Se dirigió a su respectivo asiento, y miro los cabellos rubios de Valentina, su vista paso a los parpados cerrados de la chica y después a sus delgados labios.

—¿Sabes? Me pelee con las chicas, creo que me siento algo estresada, en el trabajo ahora la presión, es más, creo que literalmente explote, Janice me dijo que agarrará la bicicleta de Katherine y me fuera a distraer un rato, y decidí que era mejor venir contigo, cuando llegue me disculpare con ellas —suspiro—. No tiene la culpa de lo que me ocurra, he leído algunas páginas de tu diario antes de venir, tranquila las leía antes de subir a la bicicleta y venir para acá, no creas que las leí mientras maniobraba, no podría hacerlo.

Juliana sonrió viendo a la chica dormida a su lado. Saco de su mochila el siguiente libro, era de color naranja, tenía a un hombre sin rostro vestido de negro.

—No puedo creer que desde antes ya suponías que me gustabas y me sigues gustando, supongo que soy demasiado obvia.

Abrió el libro.

"Juls, ¿es una locura que ahora te vea con otros ojos? Creo que no, pero aun así es lo mejor, imaginarte conmigo siempre, es lo mejor de todo."

—Lo mismo digo Valentina.

Mi Bella Durmiente |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora