Capítulo 4.

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Libro: EL Alquimista.

"¿Para qué debo escuchar a mi corazón? Porque no conseguirás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escuchar lo que te dice, estará dentro de tu pechito repitiendo siempre lo que piensa sobre la vida y el mundo."

—Es la cuarta semana, ¿o me estoy equivocando? —pregunto Janice mientras le daba un sorbo a su café.

—Es la cuarta semana —afirmo Juliana mientras observaba la portada del nuevo libro que tenía en sus manos.

Esta vez la imagen de la portada mostraba un desierto mientras un hombre caminaba por aquel desierto, al parecer hay viento porque sus ropas se mueven al compás.

—¿Qué traes allí? —Janice le arrebato el libro a la chica—. ¿El Alquimista?

Juliana dio un gesto de asentimiento.

—¿Vas a leerlo para ella?

—Si, prometí que leería todos esos libros de su estantería... y cuando terminara de hacerlo...

—La desconectarías —Juliana la miro—. Lexa me lo dijo. Piensa que estas enojada con ella, ya sabes por lo de desconectarla.

—Supongo que es lo correcto, no debo mantenerla aquí, aunque sé que se está esforzando mucho para despertar.

Janice sabía que eso era verdad, a pesar de que había reacciones pequeñas, las había, y eso les daba más esperanzas de que Valentina despertase de aquel sueño profundo.

—Despertará, igual que en los cuentos de hadas, nunca hay que perder la esperanza —la animo Janice.

Juliana sonrió, una pequeña sonrisa que reflejaba que también tenía la esperanza de ver despertar a Valentina. Quería verla despertar, quería verla sonreír de nuevo, quería que estuviera con ella.

—¿Crees que me esté escuchando? —pregunto viendo el libro.

—No lo dudo, estoy segura de que por muy profundo que duerma, te escucha, y sonríe al escucharte leer.

Juliana sonrío esas palabras habían hecho a su corazón sentirse más cálido.

—Tengo que ir a leerle, nos vemos después Janice.

—Nos vemos, yo pago la cuenta, no te preocupes, ve a leerle a tu bella durmiente.

¿Bella durmiente?

No sonaba tan mal después de todo.

—Eso hare, le enviare tus saludos —dijo saliendo de aquella cafetería.

Se asomo por la puerta, encontrando a una Valentina recostada, los cabellos de la chica estaban algo despeinados, sonrió al verla y entro a la habitación para después cerrar la puerta.

—Val —le mostro el libro a pesar de que sabía que no la veía—. Traje un nuevo libro, uno de tus favoritos, creo que este me lo habías prestado para un trabajo.

Se sentó a su lado y miro a la chica, parecía que en verdad solo estuviera durmiendo, que no había ningún problema, que despertaría en cualquier momento.

—Janice te manda saludos, también cuenta las semanas como lo hago yo. Creo que todos lo hacen, todos esperamos a que despiertes.

Y no estaba equivocada, todas tenían la esperanza de volver a ver con hermosa alegría a Valentina.

—Te confesare un secreto, a pesar de que te dije que había terminado este libro, jamás lo hice. Pienso que no es para mí, pero... hay que darle una segunda oportunidad, siempre dices que es bueno darle una segunda oportunidad a las cosas y a las personas, a veces vale la pena.

Juliana vio la bolsa del suero de Valentina y suspiro.

—Aún tengo fe en que despertaras antes de que termine todos los libros. Confió en que lo harás.

Abrió el libro y vio otra nota escrita.

"¿Cuántos sueños pueden perderse sin ser encontrados, Juls? Espero que todo lo que desees se haga realidad, ten esperanzas y no te faltara nada."

—¿Por qué siento que me hablas con estas frases? Valentina siempre deseo cosas, pero ahora lo que en verdad quiero es que despiertes antes de que termine el último libro de tu estantería.

Mi Bella Durmiente |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora