Libro: El Señor de los Anillos.
"No todo lo que es de oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida."
੭
Se encontraban reunidas las seis chicas disfrutando de un desayuno preparado por Janice. Hace tiempo que no comían juntas, de hecho, desde... el accidente.
—Está delicioso Janice, ¿qué le pusiste? —pregunto Isabella con la boca llena.
—Un chef jamás revela sus secretos —dijo Janice para después darle un trago a su bebida.
Janice había preparado un desayuno especial para todos los presentes, pues quería que se animarán un poco, pues últimamente han estado muy distanciadas, y a veces lograban coincidir entre ellas muy poco tiempo, con charlas cortas.
—¿Qué no esos eran los magos? —pregunto Lexa.
—Un chef es igual a un mago, sólo que el chef hace magia en la cocina —respondió Janice e Isabella sonrió.
—Tienes que prepararle esta comida a Valentina, apuesto a que le gustaría probar algo así de delicioso —comento Laila mientras metía otro bocado a su boca.
—A Valentina no le gusta la comida de Janice, ella misma lo ha dicho.
Eso hería un poco el orgullo de Janice, y es que Valentina si se lo había dicho una vez, pero cuando Janice le había dicho que cocinará, Valentina se negó, porque la flojera era mucha como para prepararse un licuado.
—Recuerdo cuando me lo dijo —dijo Janice—. Esa mujer me rompió el corazón.
—No exageres —contesto Katherine—. Creo que lo hizo por tu mal chiste que le dijiste.
—¿De cuál de mis maravillosos chistes estás hablando?
Katherine tomo un poco de agua antes de hablar, Lexa discretamente le aventó un pedazo pequeño de zanahoria a Isabella, quien confundida buscaba a quien le había lanzado aquel trozo de zanahoria. Laila miraba en dirección a Katherine, y Juliana... no había probado bocado alguno, es más ni siquiera se unía a la conversación, sólo se dedicaba a mirar su plato.
—¿No lo recuerdas? Ella te había hecho una pregunta, creo era —Katherine puso su mano derecha en su mentón y después chasqueo los dedos al recordarlo—. ¿Nivel de inglés?
—¡Exelenteishon! —respondió Janice de la manera más seria que pudo.
Laila casi se atraganta con el agua al escuchar eso, Lexa e Isabella estallaron en carcajadas, Katherine se reía mientras negaba con la cabeza, y Janice se comenzó a carcajear, dejando salir su risa de limpia vidrios, todas tenían una sonrisa, todas excepto Juliana, quien al parecer no prestaba para nada atención a la conversación.
Laila lo pudo notar, así que cuando las risas estaban casi parando decidió preguntarle.
—¿Estás bien, Juliana?
La pregunta hizo que todas miraran a la pelinegra que se mantenía con un semblante serio y mirando a su plato.
—Es mi culpa...
Fue lo que dijo Juliana, todas se quedaron extrañadas.
—¿Juliana? —pregunto Janice confundida.
—¡Es mi culpa! —dijo Juliana y un sollozo salió de sus labios—. Por mi culpa Valentina está así, si yo... sino hubiera...
—Juliana, tranquilízate, no tienes la culpa, ninguna de nosotras la tiene, sólo paso —dijo Laila para calmarla.
—¡No! —dijo alterada—. Ese día... la cite, ese día la cite, tenía... tenía que decirle algo... pero, ella se estaba retrasando, y ... y me llamo diciéndome que estaría allí en unos momentos, después escuche el carro y unos gritos de asombro y miedo, cuando me gire... vi a Valentina tirada en el suelo... no sabía qué demonios hacer...
—Juliana... —dijo Janice.
—Llame a emergencias cuando logré reaccionar... y ... ella no se movía... ¡no se movía! Si... si tan solo, le hubiera dicho que no llegará corriendo... esto... esto...
—¡Juliana Valdés! —el grito de Janice obligo a que Juliana se quedará en silencio y mirará a la mayor—. Escúchame bien, Juliana, ¡tú no eres culpable de nada! Así que deja de decir tonterías que no vienen al caso, Valentina te diría lo mismo.
Y Juliana se quedó en silencio, Janice tenía la razón.
੭
—Hola Val —dijo Juliana sentándose al lado de la ojiazul.
Juliana había ido de nuevo quería leer un poco para Valentina, ya era el octavo libro que llevaba para ella.
—Hoy las chicas y yo desayunamos juntas, no es lo mismo sin tus quejas por los chistes de Janice, te extrañamos mucho... también —trago saliva—. Me hizo aclarar mis ideas, y tiene razón, no tengo la culpa de lo que te paso, aunque... en verdad me siento culpable. Espero me perdones.
Juliana miro el nuevo libro que tenía en sus manos, era una trilogía, vio que en la estantería de Valentina sólo había uno de los libros, y era el primer tomo.
—No te gustan las sagas, pero tienes una entre tus libros, a veces eres alguien que no comprendo Valentina.
Juliana agarró el libro que tenía en sus piernas y lo abrió, vio la nueva nota en la página en blanco, tenía que hacerse una nota mental, y esa era preguntarle a Valentina sobre aquellas notas.
"Sí, tengo un libro de una saga, ¿Por qué? Pues por el placer de tenerlo. Juliana cuando abras los ojos más allá, te darás cuenta de cuando es el momento perfecto para perdonarte a ti misma, no me gusta que me pidas disculpas, sabes que no son necesarias."
La pelinegra aparto la mirada de la nota y miro a Valentina. ¿Acaso las notas eran premeditadas? Imposible, Juliana sabía eso, pero... parecía que atinaba a lo que ocurría.
—Me perdono, yo Juliana Valdés me perdono —dijo sonriéndole a Valentina.
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Mi Bella Durmiente |Juliantina
RomanceJuliana Valdés lee un libro cada semana para Valentina Carvajal, la chica de la habitación 127. La chica que está en coma. ՙ 𓄼 Capítulos cortos. ՙ 𓄼 Género: angst ՙ 𓄼 Adaptación permitida. ՙ 𓄼 Historia de original de @Lucy_Trejo27 ՙ 𓄼 No copia...