Mi Bella Durmiente |Juliantina

Capítulo 36.

Libro: El Retrato De Dorian Gray.

"El placer es muy distinto a la felicidad. Quiero decir que algunas cosas son más valiosas porque no duran."

੭

15 de mayo.

Estoy en la cafetería mientras escribo esto, Lexa ha insistido mucho con que viniera a este lugar, me gusta el nombre "Omelas" aunque admito que no pude evitar reírme por ese nombre, sentía que era extraño para este lugar, en fin, música jazz suena por todo el lugar.

Admito que no reconozco algunos de los artistas en estos momentos, pero si puedo mencionar algunos de ellos, Lionel Hampton, Ray Charles, Frank Sinatra, Louis Armstrong.

Debo decir que es relajante estar aquí, pero por alguna razón a pesar de que estoy rodeada de varias personas, me siento algo solitaria en este lugar. Tal vez algún día invite a Juliana a tomar un té aquí, estoy segura de que le encantaría estar aquí conmigo, es ese tipo de lugares que no te cansarías en visitar.

Paso la página del diario.

19 de mayo.

Me siento muy preocupada y algo estresada, Janice no ha dejado de quejarse en todo el tiempo, intento hacer lo que puedo, pero es difícil sí su fiebre aún es muy alta, le dije que llamaría a un médico, pero se niega rotundamente diciendo que ella me dirá que debo hacer.

En este momento en verdad me siento una verdadera inútil aquí, aunque Janice me diga que hago un buen trabajo sé que lo dice nada más para que sonría un poco, pero la verdad es que me siento muy preocupada por ella, debería llamar un médico, aunque se queje y después esté replicándome porque lo hice, no importa.

Son exactamente las 7:33 pm. y su fiebre ha terminado, me hace un gran alivio, ahora está dormida en mi cama, su respiración es calmada y tiene una sonrisa en su rostro, todo me indica que se encuentra mejor, al fin puedo sentirme tranquila.

Termine por no llamar al médico y me encargue de Janice, ahora al verla que está mejor me siento más aliviada y con algo más de confianza, quizás después ayudaré a Janice a cuidar a las demás cuando se enfermen.

La pelinegra levanto la mirada del diario y sonrío, paso la página para poder leer otro poco del diario, hace media hora había regresado del hospital, había sido un largo día leyéndole a la chica pálida.

31 de mayo.

Literalmente fui arrastrada por Juliana hacia el centro comercial, ¿razón? Regalos, ¿para quién? Juliana es muy anticipada en algunas cosas, y una de esas es la compra de los regalos navideños, según ella las compras de los regalos navideños deben hacerse antes.

Eso me hace recordar la vez que olvide el regalo de Isabella, no sabía que darle, así que termine haciéndole una tarjeta navideña y dándole un abrazo, se le veía sorprendida cuando hice aquello, no soy tan detallista como me gustaría, o así es como me considero.

Al final de la fiesta de navidad, Isabella se había acercado a mí y me dio un abrazo, al parecer no estaba en sus planes soltarme, después escuche un leve llanto y la aparte de mi tomándola de los hombros, efectivamente estaba llorando, pensé que era porque no le había dado un regalo, pero cuando me dijo que era el mejor regalo que le habían dado, me quede callada.

A Juliana le brillaron los ojos cuando vio unos collares de la amistad, sonreí al verla, no los compro, pero fui yo quien los compro, solo que ella no lo sabe. Claro en navidad lo sabrá.

Cerro el diario y lo coloco en la mesita de centro al lado del otro libro que hace rato había leído para su bella durmiente.

Juliana llevo su mano al dije en forma de luna que sostenía la cadena que rodeaba su cuello, la pelinegra sabía que rara vez veía a Valentina con su collar con dije de sol.

—Me pregunto... ¿dónde lo habrás dejado? —Juliana suspiro.

Agarro el libro "El Retrato de Dorian Gray" y lo abrió en la primera hoja en blanco, donde se hallaba la nota escrita previamente por Valentina.

"No hay belleza por fuera, siempre la hay por dentro, el alma es lo más valioso para todos Juls. No lo olvides, sonríe siempre para que hagas a mi alma y a la tuya felices."

—Siempre lo haré Valentina.