Capítulo 35.

798 146 1
                                    

Libro: Demian.

"Unas veces me consideraba un genio, otras un loco; no conseguía compartir las alegrías ni la vida de mis compañeros."

El ruido de los rayos cayendo fue lo que la exalto y saco de la lectura. Era un día lluvioso, Juliana se encontraba ya en el hospital con el libro en manos mientras que su bella durmiente se encontraba escuchándola.

—La lluvia paree que ha aumentado —Juliana cerro el libro y fue hacia la ventana.

Vio como las gotas de lluvia caían mucho más rápido casi desvaneciendo a su vista los demás edificios.

—Parece que me quedaré un buen rato aquí acompañándote Valentina. Creo que dejaré de leer, no me gusta leerte mientras brinco por el sonido de los rayos.

Juliana miro a Valentina, los cabellos rubios le caían en su frente, habían crecido un poco, Juliana usualmente apartaba los cabellos de Valentina para despejar un poco su frente.

—Valentina, ¿sabes que es lo que me gustaría saber? —volvió a sentarse y poner el libro en su regazo—. Me gustaría saber la razón del porque faltan unas páginas en tú diario. Lo he estado leyendo y decidí hojearlo para ver la última fecha en la que escribiste, y me encontré con que había unas páginas arrancadas, me gustaría saber porque las has arrancado.

Juliana en verdad quería saberlo, y más por la nota que le había puesto en el libro que se encontraba en su regazo.

"Hay muchas cosas que te faltan saber de mí Juliana. ¿Sabes? Me gustaría decirte todo a ti, sé que puedo confiar en ti, aunque algunas veces no te diga muchas cosas."

La pelinegra observo a Valentina por unos momentos y después puso su mano encima de la de la chica pálida, tibia, no estaba fría, tenía un ligero calor y eso le agrado mucho a Juliana. Otro relámpago y un fuerte trueno se hicieron presentes, Juliana apretó los labios y apretó levemente la mano de Valentina.

—Lo siento... aún me dan miedo los rayos —Juliana sonrío—. ¿Recuerdas cuando en cada tormenta eléctrica, me abrazabas para que dejará de tener miedo? Aún extraño tus abrazos, eran reconfortantes, me sentía protegida, siempre me has dado esa sensación de protección, quiero volver a sentirla, me gustaría que me abrazarás de nuevo. Lo extraño demasiado, extraño tus brazos rodearme y oler tu suave colonia, quiero escucharte decir que me tranquilice que todo está bien porque estoy contigo.

Juliana recargo su cabeza en el brazo de Valentina mientras veía sus parpados cerrados, con la mirada la desplazaba por todo el rostro de la ojiazul apreciando cada detalle de su rostro.

Sin querer sus parpados se fueron cerrando poco a poco, estaba cansada después de todo había sido un largo día, se sentía agotada, pero quería ir a leer para Valentina, no importaba si se encontraba cansada.

Juliana se quedó dormida recargando su cabeza sobre el brazo de Valentina.

Mi Bella Durmiente |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora