Capítulo 7.

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Libro: Las Mil y Una Noches.

"¡Ya no te temo, corazón mío; puedes latir hasta romperte dentro de mi pecho! ¡Mis ojos ya no pueden enternecerse, ni en mi alma puede tener asiento la piedad!"

—¿Irás de nuevo a verla? —pregunto Isabella mientras veía el libro en manos de Juliana.

Juliana miro el libro que Isabella tenían en sus manos, claro que iría a ver a Valentina, tenía que leer para ella ese nuevo libro, está vez eran cuentos.

—Hice una promesa, tengo que cumplirla —dijo Juliana—. ¿Quieres venir?

A pesar de que Juliana le ofrecía a Isabella que fuera, no quería que aceptara, pues quería compartir la lectura solo con Valentina.

—Sería bueno ir, no la he visitado, apenas la semana pasada y tuve tiempo. Pero... creo que es mejor que vayas, aún tengo algunas cosas que hacer —suspiro cansada—. Últimamente ya nada es lo mismo.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a todo, y a todas... ahora apenas y nos reunimos, las chicas a veces me preguntan en dónde estás, pero ya no es tan recurrente. Todas sabemos que estás con Valentina, leyéndole un libro.

—Lamento distanciarme —dijo Juliana algo avergonzada.

No le gustaba distanciarse de los demás, pero sentía, tenía esa necesidad de estar al lado de Valentina, quería terminar aquellos libros de su estantería, quería leer todos esos libros para la ojiazul.

—No te preocupes, de cierta forma te comprendemos, cualquiera de nosotras haría lo mismo, bueno en mi caso le hablaría todo el tiempo. Es agradable cuando te escuchan.

Juliana sonrío.

—Entonces, ¿crees que si me esté escuchando?

—Por supuesto, Valentina te escucha, a pesar de que parezca que no es así, pero sé y estoy segura de que te escucha perfectamente, cada palabra, cada oración que dices, ella está atenta, es como no perder su hilo de la realidad.

—Cierto —Juliana agarro el libro y se disponía a salir—. Nos vemos luego Bela, tal vez... ¿crees posible reunir a todas para una comida?

—Veré que puedo hacer, nos vemos Juli.

Juliana salió cerrando la puerta y miro el libro que tenía en sus manos, con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro, se dirigió al hospital.

—Siete semanas, el tiempo sí que pasa rápido, ¿no crees?

Juliana se ubicó en su lugar de siempre, al lado de Valentina, de nueva cuenta vio las maquinas, los latidos eran tranquilos, la respiración era normal, como si en verdad estuviera dormida aquella chica de la habitación 127.

—Traje un nuevo libro —se lo mostró —. Te gustan los cuentos, nunca creí encontrar este ejemplar en tú estantería. No puedo esperar a leer esté libro para ti, y aún faltan varios para leer.

Dio un suspiro y se acomodó mejor en la silla.

—Isabella quiere venir a verte, tal vez lo haga la próxima semana. Escuche que ha venido alguien antes que yo, creo que era Katherine, es la única que te trae flores.

De alguna manera Juliana se sentía celosa, Katherine le traía flores a Valentina, y eso era un lindo detalle de parte de su amiga, en cambio ella... solo iba a leerle. ¿sería igual de especial?

Por supuesto, he incluso más especial, mientras Katherine solo estaba allí a veces un día o dos por semana, Juliana estaba todos los días, cada siete días cambiaba de libro, y todo por la promesa que hizo a leerlos todos para Valentina.

Aun así, Juliana tenía algo de miedo, miedo a llegar al último libro, tenía miedo de que Valentina no despertará, tenía miedo de que ella fuera quien diera el permiso de desconectarla...

Pero tenía la esperanza de que Valentina despertará cuando la última palabra, del último libro, fuera leída en voz alta por ella.

Sí, Valentina despertaría.

—El frío a estado algo fuerte estos días —comento Juliana—. No quiero enfermarme, si me enfermo será más difícil leer para ti, y no quiero eso, quiero que me escuches como siempre, no quiero que me escuches con voz de ultratumba, además, si estoy enferma es seguro que no me dejen visitarte ¡y no quiero eso! Quiero seguir viéndote y leyéndote.

Juliana abrió el libro y de nuevo una nota en la primera página en blanco.

"Vivimos más de mil y una noches, Juliana ¿si tuvieras que pasar con alguien por ese periodo tan corto y a la ve tan largo de tiempo, con quién estarías? Sinceramente, me gustaría pasar ese tiempo contigo, ¿qué dices? ¿aceptarías?"

—Con mucho gusto Val — contesto Juliana tomando la mano de la chica—. Me gustaría estar contigo más tiempo de lo que crees.

Mi Bella Durmiente |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora