Mi Bella Durmiente |Juliantina

Capítulo 18.

Libro: Coraline.

"No quiero tener todo lo que deseo. Nadie lo quiere, no de verdad. ¿Dónde estaría la gracias si tuviese todo lo que quiero?"

੭

—¡Vamos Juliana, no te detengas! ¡Sigue corriendo! —dijo Janice trotando en su lugar.

Juliana se encontraba agarrando sus rodillas mientras respiraba irregularmente.

Janice había invitado a Juliana a correr, bueno eso no era del todo cierto, Juliana estaba ilusionada porque Janice le había dicho que le compraría un pastelillo y comería algunas golosinas, pero supo que Janice la había engañado en cuanto vio que tenía puesto un short y una camisa blanca, pero Juliana no se imaginó que la sacaría de su cómodo apartamento para salir a correr.

—¿Cuánto... tiempo... llevamos... corriendo? —pregunto cansada.

Janice sin dejar de trotar en su lugar miro el reloj que tenia puesto en su muñeca izquierda.

—Llevamos quince minutos corriendo.

—¡¿Qué?! —suspiro cansada—. Pensé que llevábamos más de media hora corriendo, esto es... muy agotador.

—Vamos, deja la flojera de lado y sígueme, que los kilómetros no se completaran solos.

Janice ya tenía la costumbre de salir a correr en las mañanas, sobre todo le gustaba correr por los parques, pero a Juliana no le gustaba, no es que no le gustase hacer ejercicio, pero la verdad era que no se sentía de un buen humor para salir a correr.

—Prefiero quedarme aquí —Juliana se incorporó—. Te parece si, ¿me dejas aquí y cuando acabes nos regresamos?

—Nada de eso, vendrás conmigo, y no se diga más, vamos Juliana mueve esas piernas y sígueme.

Juliana suspiro agotada, no quería seguir corriendo, ella quería irse al hospital, tenía que leer el nuevo libro, además le había prometido ir temprano.

—Eso no es una gran motivación —dijo Juliana.

—Está bien, ¿quieres motivación? Te daré motivación —Janice dejo de trotar—. Si terminas tres kilómetros corriendo conmigo, dejare que vayas con Valentina y no volveré a engañarte para que salgamos a correr, ¿trato?

—Está bien, me parece buen plan. ¿Tres kilómetros? —Janice asintió—. No es mucho, si lo lograre, ¡Vamos!

Janice sonrió ante esa respuesta, sabía que Juliana no se rendiría tan fácilmente, y menos si se trataba de algo con Valentina.

੭

Una adolorida Juliana entraba a la habitación 127, le dolían horriblemente las piernas, ¿Por qué? Bueno, Janice le había hecho correr un poco más de los tres kilómetros que había dicho.

—Valentina, seguramente te estas burlando de mi por cómo me veo —Juliana se sentía rígida, pero la verdad era que no se notaba mucho, claro que cuando se sentaba cambiaba la cosa, pues no podía porque al doblar las rodillas sentía dolor en sus piernas.

Juliana a pasos algo lentos se aproximó en donde se encontraba Valentina acostada.

—¿Sabes? Janice sí que es todo deportes, creía que me mataría allí mismo de tanto correr. Pero bueno sigo viva para contarlo, seguro estarás pensando que estoy siendo una exagerada, ¡pero es que Janice ni siquiera me dejo prepararme con la ropa adecuada!

La pelinegra acaricio la portada del nuevo libro en sus manos, la portada tenia a una niña que llevaba una vela encendida mientras la sostenía con ambas manos y al parecer caminaba por un lugar oscuro.

—Sigo contando las semanas, ya quiero que despiertes, sé que sueno como una desesperada, pero creo que la verdad es como estoy, quiero que abras los ojos y me digas las locuras que seguro estas soñando en estos momentos, quiero que me digas si acaso estas escuchándome leer, el doctor dice que es posible que lo estés haciendo.

Juliana abrió el libro y observo la nota escrita que Valentina le había dejado en la primera página en blanco.

"¿Cuál es tu mundo perfecto, Juliana? El mío es uno en donde pueda dedicar mi tiempo a las personas que quiero, y creo que tu tomarías todo mi tiempo, considérate afortunada."

Por supuesto que Juliana se consideraba afortunada si ese mundo existiese.