CHAPTER XXXXIII

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Era el día de la pelea, del ring.

—Cariño, pon la mano así —Me dice Arthur sentado a mi lado. Yo frunzo el ceño y hago lo que me pide. La palma de mi mano para abajo y recta.

El saca un bote azul pequeño y pone la droga en mi mano, intento quitarla de ahí pero la coje acercandosela para esnifarla.

—¡Arthur, porque no lo haces con tu propia mano! —Le digo.

—Porque entonces se me cae droga y yo no compro por menos cantidad. —Me dice después de esnifar.— Gracias cariño, por eso eres mi sobrina favorita. —Dice abrazándome.

—¿Es que tienes alguna más?—Pregunto riéndome.

—No necesito más. — Dice sonriendome y dándome con su dedo índice en la nariz.

Nos ponemos a ver la pelea, no es de mi agrado pero por una pelea al año no hace daño. ¡Que digo, estoy siempre en peleas!

—¡Esos hombres no saben de boxear!—Dice cuando papa se sienta con nosotros. —Algo me huele mal... ¿Lo notáis?

—Si... Algo va mal. — Digo.

—Algo raro, si— Dice papá.

—¡Miralos, no saben moverse! — Sigue quejándose Arthur.

—¡Hermano, son las putas pastillas!— Dice papá.

—¿Que están bebiendo?— Pregunta Arthur y miro para donde aseñala. Las chicas: Polly, Esme, Aída y Lidia están muy contentas.

— No sé pero quiero un poco, ahora vengo — Les digo levantándome. Papa me coge de la mano ligeramente.

¡Ya empezamos!

—No te pases... Por si acaso. — Me dice y yo solo asiento.

Pensaba que me iba a decir que no.

—¡Que raro, le has dejado que vaya a beber!— Dice Arthur. — ¡Me he pasado con la droga!

—No hermano... Pero se hace grande...

•••

—¡Chicas!—Les digo.

—¡Oh, mi guapa!— Dice Tía Polly y yo sonrió.

—¿Que estáis bebiendo? —Digo riéndome.

—No se. Toma — Me dice Aída.

Lo cojo y le doy un trago largo. Me quema toda la garganta y pienso en que no quiero beber más. Pero después de unos segundos que se me pasa ese ardor, vuelvo a dar otro trago largo.

—¡No tan deprisa que estarás en la nubes en dos minutos! — Dice Lidia riéndose.

—¡Antes que nosotras! — Dice Tia Polly. Y yo río.

Veo a Arthur yéndose algún lado y entonces miro a papa y como si supiera que le estoy mirando, el me mira a mi.

Frunzo el ceño y señalo a su silla de al lado, ahora vacía. Y me dice con la mirada que no tiene ni idea así que doy otro trago, más pequeño.

—Ahora vengo — Les digo para ir donde Arthur.

Me alejo de la gente y veo un pasillo azul, escucho un disparo y paro por un momento sacando el arma que tenía dentro de la chaqueta.

Papa está detrás de mí. Y se acerca.

—¿Que a sido eso? — Me pregunta.

— No lo se. — Digo. —Viene de allí.

—Quedate aquí y vigila que no venga nadie más. Voy a ver. Si en un rato no aparezco, ven. —Me dice y asiento.

Veo a papá desaparecer por el camino y doy la espalda al camino azul guardando ese sitio como si fuera un guardia profesional.

Dannyelle Shelby [ Peaky Blinders]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora