ESCRITO LXV

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Tranquilidad

En tu mirar conseguí la tranquilidad que tanto anhelaba, en tu pasar conseguí esa paz que me transmite el alba del amanecer, tan radiante como cada rayo de sol, tan suave y necesario como el aire que respiro, esa eres tú, desde que llegaste mi mundo empezó a girar un montón le diste la vuelta como a una tortilla, ya que me hiciste salir de mi zona de confort para encontrarme con mi verdadero yo, me mostraste la verdadera tranquilidad como la que te entrega el mar, el sonar de las olas chocando con las piedras o simplemente ver el atardecer, te convertiste en mi tranquilidad de cuando estoy molesto, eres el acetaminofén para mí dolor de cabeza, no tengo palabras para describir lo que siento pero te convertiste en mi tranquilidad desde el primer día en que te vi, desde el primer día que toque tus manos y desde aquel día que por casualidad nos besamos, fuiste el momento soleado de esta tormenta y me siento muy feliz por eso, porque nadie como tú me entendía, como tú nadie me mira y como tú nadie absolutamente nadie me quiere, en esa tranquilidad tan sana te convertiste, quisiera poderte dar más de lo que te he dado por tan solo agradecer todo lo que solucionaste en mí, todo lo que enderezaste y todo lo que también hiciste para que cambiará mi manera de pensar de algunas cosas, gracias por dejarme vivir esa tranquilidad, en realidad más contento no puedo estar de verdad.

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