15- Centro comercial

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La última persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...

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POV ETHAN

Estábamos en el centro comercial; Mel había querido salir a comprar algunas cosas para los bebés y accedí a acompañarla, obviamente.

La vi tomar un conjunto color blanco con círculos de color negro.

—¿Vas a comprar ese? — ella asintió

—¿Te gusta? ¿Está bonito? — preguntó esperando una respuesta positiva de mi parte.

—Sí, está... ¿lindo?

—¿Lindo? ¿Porqué dudas al decir la palabra? — se cruzó de brazos al hacer la pregunta.

—No tengo contacto con ningún niño pequeño, es... es espantoso. No sé qué ropa es linda o fea para ellos

—Si supieras, hay un montón de ropa adorable para bebés — sonó muy risueña —!Mira ese conjunto de osito! ¡Deberíamos llevarlo! ¿No te gusta? — ni siquiera me dejó responder y salió corriendo detrás del supuesto conjunto de osito que estaba en el pasillo del frente.

Caminé tranquilamente hacia ella y me coloqué detrás, ella se volteó y me mostró un conjunto marrón con orejitas, era un oso.
—¡Mira qué ternura! ¿Me lo llevo?

—Por supuesto — respondo

—¡Sí!...

Al poco tiempo se fijó en otra cosa que le pareció llamativa y me habló:

—Mira eso de allá — señaló colchas cosas más adelante —¡Vamos!...

Después de unas largas tres horas comprando "alguito" para los bebés, Mel decidió que era hora de pagar; y no era porque no quisiera comprar más, sino porque estaba demasiado cansada cómo para seguir caminando por los pasillos buscando y buscando cosas "adorables", como ella dice, para llevarse.

Delante de mí llevaba un carrito de compras totalmente lleno, al acercarme a la caja dejé todas las cosas encima y la cajera empezó a pasar las cosas una por una... Después de haber pagado con mi tarjeta de crédito, me dispuse a tomar otro carrito más para dejar las compras en el auto, pero algo, mejor dicho, alguien, se interpuso en mi camino con una carita demasiado adorable. ¿Quién podría resistirse a eso?

—¿Necesitas algo? — le pregunté al verla tan callada todavía.

—Quiero un chocolate de esos — señaló uno de la vitrina. Sonreí

—Lleva todos los que quieras — su sonrisa de agrando y mi corazón dio un vuelco. Me encantaba verla así, feliz, como siempre debe ser.

Tiempo después, nos encontrábamos en la camioneta de camino a casa, Mel se había dormido en cuanto subió y decidí acostarla en el sillón de atrás, asegurándome de que se encuentre lo suficientemente cómoda como para dormir todo el viaje.

[...]

Llegamos a casa con un montón de bolsas con cosas para bebé. Yo ya no caía en su trampa de "vamos a comprar unas cositas" así que mejor iba preparado para durar unas buenas horas fuera.

—¿Dónde guardaremos todo esto? — preguntó al ver todo lo que habíamos comprado encima de la cama.

—Que se quede en nuestra habitación mientras tanto, mañana mandaré a pintar la habitación de al lado para ocuparla — le dije y ella asintió —¿De qué color? — pregunté

Eres mía, mi conejita I & IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora