2- "El paraíso de Ethan y Mel"

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Foto del arroyo en multimedia

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...

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POV ETHAN

Ya ha pasado casi una semana desde que conocí a Mel y la he pasado de maravilla.

Descubrí algunas cosas sobre ella por parte de mi madre y por ella misma. Ahora sé que la madre de Mel no vive con ella porque trabaja lejos de aquí y no tiene tiempo para cuidarla, por eso la dejó a cargo de la vieja esa, y de su padre no sé nada todavía, pero cuando tenga la oportunidad le preguntaré a mi conejita.

—¿Ethan? — la fuerte voz de mi padre hizo que saliera de mis pensamientos —Parece que estás en el limbo, tu madre tiene rato hablándote — me acomode mejor en mi silla. Estábamos en el comedor.

—Perdón mamá, ¿Qué decías? — ambos me fulminaron con la mirada incluyendo a Daniela.

—Estás un tanto distraído últimamente — dijo mi padre y yo me encogí de hombros, aunque bien sabía de qué hablaba.

—Es sólo que me siento cansado por el entrenamiento, pero todo bien — di una sonrisa de boca cerrada y ella asintió.

Y así continuamos nuestra cena, hablando sobre cosas importantes y otras no mucho.

Ya habían pasado unas tres horas desde la cena y como todas las noches últimamente, salí por la ventana de mi habitación directo a la casa de Mel.

Y se preguntarán ¿Por qué me escapo si ya soy mayor de edad? Pues claro, tengo que salir silenciosamente porque si no Daniela querrá ir conmigo y no quiero llevarla.

Iba saliendo sigilosamente cuando unos pitidos a mi espalda hicieron que me detuviera mirando hacia atrás, allí se encontraba mi fastidiosa hermana, ella era la culpable del molesto sonido.

—¿Para dónde vas hermanito? — preguntó con cierta burla en su voz y yo rodé los ojos.

—Que te importa — respondí dándome la vuelta para seguir mi camino, pero su voz me detuvo.

—Si no me dices le diré a papá — respondió cruzándose de brazos y mirándome de arriba a abajo.

—¿Qué quieres? — le pregunté para después bufar, ya sabía que algo quería a cambio de no decir nada.

—Emmm... tal vez quisiera ir contigo — abrí mis ojos a más no poder, no quería que supiera sobre mi mate, ni ella ni nadie.

—No me jodas Daniela — dije entre dientes y ella obviamente escucho.

—Ya ya, llévame a la fiesta de Yanet el sábado en la noche — asentí ante su estúpido trato.

Por lo menos no me pidió que limpiara su cuarto por una semana.

—También quiero que limpies mi cuarto por una semana — negué inmediatamente —Está bien, está bien, sólo quiero lo primero — asentí para que ella se devolviera siguiendo su camino y yo seguí el mío.

Me transformé en lobo y corrí hasta la casa de Mel, era una pequeña casa de madera, muy bonita, por cierto. Me pare frente a la ventana que daba a su habitación, toque una vez y antes de tocar nuevamente la silueta de Mel estaba en la ventana.

Eres mía, mi conejita I & IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora