Eres mía, mi conejita I & II

7- ¿Por qué faltó a clases?

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...

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POV ETHAN

—Ahora si no te molesta ayudarme con los libros ¿verdad? — soltó mi madre con una pequeña risita.

Y tenía razón, desde que conozco a Mel ya no me quejo con tener que venir al colegio. El único problema es cuando esos niños quieren andar pegados a mí haciendo ruido y desorden por dónde van.

—Si yo hubiese sabido que te comportarías así, hubiese preferido que la conozcas mucho antes — se carcajeó.

—No creas que me gusta compartir con los niños. Sólo lo hago porque mi Mel estudia aquí —respondí mientras me encogía de hombros.

Seguimos caminando hasta entrar en el aula, ya habían algunos niños en sus asientos pero no vi a Mel. De seguro vendrá en unos minutos, aún es muy temprano.

Con esos pensamientos en mi cabeza me quedé tranquilo esperando a que ella viniera...

[...]

Las horas pasaron y Mel aún no aparecía, se me hacía bastante rato porque ella nunca falta a clases.

Escuché la voz de mi madre hablar con alguien en el jardín, tenía rato esperándola afuera para irnos a casa.

Mire como mi madre venía hacía mi dirección y cuando ya estábamos listos para irnos, adivinen quien se apareció.

La vieja esa, la abuela de Mel

—Luna! — llamó a mi madre mientras se acercaba al auto.

Mi madre me hizo saber con la mirada que bajaría del auto, cuando asentí así lo hizo.

Ahora tendría que esperar a que acabe su aburrida conversación con la señora para irnos de aquí. Pero esos pensamientos desaparecieron cuando la escuché mencionar a Mel, así que traté de agudizar mi oído lo más posible para escuchar.

—Mel vendrá mañana si despierta mejor, hoy no pude venir a trabajar porque me quedé atendiendo la —

—Ay que mal! Pero no se preocupe, le pondré la excusa en el listado. Si quiere puede pedirle un cuaderno prestado a algún compañero para que copié los apuntes de hoy — contestó mi madre.

—Muchas gracias, mañana le avisaré si ella amanece mejor o no, hablamos luego — se despidió y vi como mi madre se despidió con la mano.

Para después abrir la puerta y entrar al auto.

—¿Qué tiene Mel? — pregunté en cuanto tomó asiento y cerró la puerta.

—Que te he dicho sobre escuchar conversaciones ajenas Ethan —

—Perdón. Es que no pude evitarlo — me excusé mientras encendía el auto y manejaba directo a la casa.