Eres mía, mi conejita I & II

2- Cumpleaños 2/2

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...

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POV MEL
23 años

Abrí los ojos y el asombro era más que notable en mi rostro. Nos encontrábamos en la terraza, una capa de cristal redondeado cubría todo nuestro alrededor dejando ver las estrellas que hoy extrañamente brillaban más que nunca.

Y qué decir de la Luna, esta parecía haberme mostrado una sonrisa en este instante ¿o sólo había sido parte de mi imaginación?

El suelo estaba lleno de pétalos de rosa, habían velas de diferentes tamaños por todos lados, iluminando con su pequeña luz, dando un ambiente romántico y tranquilo.

En medio de todo el lugar se encontraba una mesa de cristal decorada con más velas y un delicado mantel blanco, encima suya se encontraba un manjar de fresas y chocolate junto a una champagne y dos copas de cristal.

—¿Te gusta?... Te has quedado sin palabras

—Sí, exactamente eso es, no me esperaba nada de esto — concluí con una sonrisa en mi rostro —Todo está muy... Hermoso y romántico — un brillo inexplicable había aparecido en mis ojos.

Caminó hacia la mesa y movió una silla hacia atrás para que me sentará.
—Que buen caballero — dije para después soltar una risita. Luego se sentó él al otro lado de la mesa qué no nos separaba mucho.

Tomé una fresa para después zambullirla en el chocolate y llevarla a mi boca. El delicioso sabor de ambos ingredientes se combinó y explotaron en mi paladar.
—Esta delicioso — murmuré. Él me miró fijamente y yo levanté una ceja —¿Qué sucede?

Él no respondió y acercó su rostro al mío, unió nuestros labios en un tierno beso y después se separó. —Estabas manchada de chocolate

—Me hubieras dicho

—No quería desaprovechar la oportunidad — se rio y yo le seguí. Tomó la botella de champagne y la abrió, luego, sirvió en dos copas y me tendió una, a lo que yo la tomé con una sonrisa de agradecimiento.
–Brindemos por un año más a mi hermosísima mate.

—Salud — dimos un leve choque con las copas y sonreí, llevé la copa a mis labios y dí un pequeño trago.

—Te amo — soltó de la nada. Y sin dejarme responder, volvió a hablar —Ven, necesito que veas algo — me tomó de la mano con suavidad y yo me levanté de mi silla para seguirle, dejando ambas copas en la mesa. Pero, al verlo dirigirse a la orilla de la terraza me detuve. El pareció notarlo y habló:

—¿Qué sucede?

—Temo estar muy cerca de la orilla

Él tomó mi mano con más seguridad —Prometo no soltarte — asentí, confiaba demasiado en él.

Caminamos con calma a la orilla, sólo el cristal nos dividía.
—Mira — señaló hacia abajo y yo mire hacia el lugar, encontrándome con lo que menos esperaba en este momento. Diosa, el hombre que me diste es un amor — pensé mientras las lágrimas de felicidad se deslizaban por mi rostro.

Entre la arena, habían unas palabras iluminadas que hicieron mi corazón dar un vuelco.

"¿Quieres casarte conmigo?"

No lo pensé dos veces y lo encaré, él se había arrodillado y en su mano tendía un anillo de oro, con una hermosa luna de color azul en el centro
—¿Me das el honor de ca-casarte conmigo y terminar de hacerme el hombre más feliz del mundo? Y-yo prometo respetarte y amarte todos los días de nuestra larga vida juntos —