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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...
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POV MEL
17 añosHoy no podré asistir a la escuela, y ese no es el problema, el problema es que tengo unos inconvenientes con mi cuerpo, que lamentablemente no puedo controlar.
Esto no pasa tan pronto, pero en dos semanas es mi cumpleaños número dieciocho y no sé qué pasó, pero, – terriblemente – tengo mi primer celo adelantado.
Cosa que no debería ser así porque aún no cumplo dieciocho como tal, pero bueno, son cosas de la vida.
Mi abuela salió hace un momento, así qué estoy sola en casa. No puedo salir a la farmacia a comprar las pastillas que necesito porque no quiero llamar la atención de nadie en este estado. Tendré que aguantarme hasta que mi abuela llegue.
POV ETHAN
No era algo común estar en la escuela, pero hoy tenía que estarlo porque debía resolver unos inconvenientes en la dirección y quise resolverlos personalmente.
Mel no había llegado todavía, cosa rara porque siempre viene temprano y nunca falta, Oziel y yo estamos un poco raros hoy, aunque todavía no descifro el porqué.
Creí que lo correcto sería pasar por su casa y revisar que todo estuviera bien, solo así podría sentirme seguro de su seguridad. Pensando en que era lo correcto, terminé con mis obligación y fui en dirección a su casa.
Conducí por unos momentos, su casa no quedaba muy lejos.
Al llegar noté de inmediato un aroma muy diferente al de siempre, demasiado dulce y adictivo – más de lo habitual – me invadieron ganas de buscarlo dónde sea que esté. Solo quería encontrarlo, tenerlo cerca.
Ladeé la cabeza un momento. Podía buscar el aroma más tarde, ahora debía encontrarme con Mel.
Continuó mi camino hacia la puerta, notando casi de inmediato que ese dulce aroma proviene de allí. «¿Qué mierda esta pasando?» — me pregunté.
—¿Mel? — llamé a su puerta sin recibir respuesta alguna —¡Mel! — volví a llamar y la puerta fue abierta. Abrí los ojos grandemente. Frente a mí tenía a mi conejita con unas terribles bolsas negras bajo sus ojos, se le notaba cansada. Y hasta acelerada por los latidos tan rápidos de su corazón.
—¿Que sucede? — pregunté de inmediato, mientras entraba por completo a la casa y cerraba cerraba la puerta detrás de mí —¿Porqué no asististe a clases? — inquirí. Esto jamás había pasado, Mel era muy responsable.
—C-creo que m...mi celo se adelantó — respondió ella, tragando saliva.
Mierda
—¿Ya tomaste algo? — pregunté y ella negó —¿Por qué no? Iré a comprarte algo — dije, mientras me devolvía hacía la puerta, pero su mano me detuvo.
—No te vayas — voltee el rostro y la miré sin entender —Ayúdame por favor.
¿Qué?
—Eso es lo que voy a hacer, iré a la farmacia a comprarte las pastillas para controlar tu celo — contesté de vuelta, ella negó.
—Quiero que TÚ me ayudes aquí, es que ya no aguanto más — declaró, y su cuerpo pareció retorcerse un poco causando que me preocupe por ella.
—Yaya, tranquila — acerqué una de las sillas indicándole que se sentara, a lo que ella obedeció.
—No sé qué puedo hacer Mel, la única solución son los medicamentos — ella negó con la cabeza.
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Eres mía, mi conejita I & II
Hombres LoboSi hace un año me hubieran dicho que encontraría a mi alma gemela en un lugar como ese, me habría reído hasta más no poder porque yo odio a todos esos seres diminutos llamados niños. Además de que esperaba que mi mate, la futura luna, fuese de mi ed...