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Gracias por llegar hasta aquí
┗━━━━━━━━・✾・━━━━━━━━┛POV MEL
23 añosLa mujer dió unos últimos retoques a mi cabello, al ver mi reflejo en el espejo del tocador, me gustaba lo que veía.
Me había maquillado sutilmente, y me habían hecho ondas por todo el cabello haciéndolo lucir más corto y abundante, además de agregar algunas perlas blancas sobre mi cabello.
De pendientes, tenía unos de color dorado, que colgaban de forma delicada de mis orejas, mis uñas estaban pintadas de color blanco.
Toda la mañana me la había pasado preparándome.
—Querida, tienes que comer algo, te podría dar un desmayo en medio de la boda. — mi madre nuevamente apareció con un plato de comida. Suspiré un poco.
Asentí en respuesta. —Gracias.
Hambre tenía, pero ganas no, la comida olía deliciosa, pero estaba tan nerviosa, apenas y podía comer, mi estómago parecía cerrado.
—El Alpha la espera.
Anunció uno de las sirvientes, recibiendo un "bajaré en breve" como respuesta. Comí un poco de mi plato, y lo dejé a un lado antes de bajar al primer salón.
Con las piernas temblorosas me levanté del asiento en el que me encontraba. Tres personas me ayudaron tomando todo el velo de mi vestido para bajar las escaleras sin problema.
La boda sería en el gran salón, lo había preferido así. Después de todo, no podía estar en constante movimiento con este vientre tan grande que cargaba.
Al pie de las escaleras, visualize al Alpha Demian y la señorita Elizabeth, quienes parecían asombrados al verme.
—Estás preciosa. — dijo la mujer, brindándome una sonrisa que yo correspondí de la misma manera.
—M-Muchas gracias.
—Permíteme. — el Alpha Demian pidió tomar mi mano. Yo accedí en respuesta. Normalmente es el padre quien lleva a sus hijas al altar, y él era la personas más parecida a esa palabra.
Mis manos temblaban tanto que en algún momento Demian lo notó. —Me recuerdas mucho a Elizabeth. Estaba tan nerviosa el día de nuestra boda. — él sonrió ante los recuerdos, yo imité su acción —Procura no desmayar, ella casi lo hace. — río un poco.
—Lo haré.
Caminamos lentamente hacía el interior del salón. Una melodía celestial se escuchaba en todo el lugar, tranquilizando me más.
Mientras más nos aproximabamos al altar, más personas pude ver. No eran más de cien o setenta y cinco, pero todas las miradas estaban puestas en mí en este momento, haciéndome sentir un poco pequeña ante la mirada de algunos.
Bien Mel. Solo relájate, todo saldrá bien. — me dije a mi misma mentalmente, respirando hondo y continuando con mi camino.
Mi respiración se aceleró aún más cuando vi a Ethan esperándome en el altar, sus ojos parecían iluminarse con mi llegada.
¡Dios!, ¡Dios!, ¡Dios mío!. ¿En qué momento había vuelto a ser la misma chica que conoció a Ethan hace años?
Por Dios, ver al hombre de mi vida vestido de esa forma me hizo sentir cosquillas en el estómago. Me había llevado del consejo de mi suegro, pero era como si mi cuerpo quisiera desmayar en este preciso momento.
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Eres mía, mi conejita I & II
Loup-garouSi hace un año me hubieran dicho que encontraría a mi alma gemela en un lugar como ese, me habría reído hasta más no poder porque yo odio a todos esos seres diminutos llamados niños. Además de que esperaba que mi mate, la futura luna, fuese de mi ed...