17 | ¿Cómo se atreve a aparecer como si nada?

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...

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3 semanas después

POV MEL
23 años

Habían pasado tres semanas desde la celebración con la manada y otras del exterior. El segundo día, después de la celebración, la sala había amanecido repleta de regalos y hermosos detalles por parte de las personas que ya sabían la noticia de mi embarazo y la futura boda.

Cada día llegaban más y más regalos a nuestro hogar y me llenaba mucho de emoción. Así podría entretenerme abriéndolos para no aburrirme y me encargaría de organizar la habitación de los bebés para que sea utilizada dentro de unos pocos meses.

Eran todos muy lindos conmigo, cuidaban cada paso que daba y cada cosa que hacia más de la cuenta y aveces se me hacía agotador. Habían ocasiones en las que prefería salir al centro de la ciudad y comprar cosas, mayormente innecesarias, para librarme un poco del ajetreo, pero ni siquiera así me salvaba, los guardias me seguían en cada momento y hace poco había descubierto que Ethan era parte de ello también.

—No puedes con eso, déjame ayudarte — Ethan quitó la caja de mis manos y se encargó de subirla a la mesa para que se me hiciera más cómodo sacar lo que estuviera dentro.

—Gracias

—¿Gracias?, dame un beso mejor — acercó su rostro al mío y le di un leve beso en los labios. Fijé mi mirada en la caja y la abrí, observando todo lo que había en su interior.

—Por fin

—¿Qué es? — preguntó Ethan con cierta duda,
posándose justo detrás de mí, apoyando su rostro en mi hombro.

—Al parecer son unas cosas que pedí hace tiempo por internet, acaban de llegar hoy.

—Bien. Mel, estaré en mi oficina, si necesitas algo no dudes en llamarme. — asentí para luego recibir un beso en la mejilla, para después verlo perderse entre los pasillos.

Las cosas que había pedido ni siquiera recordaba haberlo hecho en realidad. Pedía muchísimas cosas por internet y raras veces recordaba haberlo pedido hasta que aparecía en mi puerta. Había un señor que recibía los paquetes, él se encargaba de firmar los documentos de entrega, y luego era entregado hacía mi persona o a la correspondiente.

Entre las cosas en la caja habían algunos conjuntos para bebés de unos cinco meses, de color azul, medias del mismo color, también baberos y biberones. Llevé todas las prendas al área de lavandería para que fuese lavado y planchado antes de guardarlo en su debido lugar. Yo me encargué de lavar los seis biberones con agua tibia como me había dicho mi suegra.

Después de tanto ajetreo en el primer piso, decidí subir a la oficina para ayudar a Ethan con sus deberes y también podría adelantar un poco el trabajo que me tocaría hacer mañana.

Abrí la puerta suavemente y la cerré detrás de mí, inmediatamente la mirada de Ethan cayó en mi presencia y le di una simple sonrisa.

—¿Necesitas algo, conejita? — preguntó, dándome una ojeada para después volver a fijar su mirada en la pantalla de su computador.

—Vengo a ayudarte.

—No está en tu horario trabajar hoy — dijo. Levanté una ceja en su dirección y me crucé de brazos.

Eres mía, mi conejita I & IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora