Eres mía, mi conejita I & II

40 | Maratón 3/4

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...

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POV MEL

Sentí unos brazos alrededor de mi cuerpo y supe inmediatamente que era Ethan.
—¿Por qué bajaste hasta acá? ¿Qué hablaste con él? ¿Cómo supiste dónde se encontraba este lugar? — me reprendió y bombardeó con preguntas que yo no tenía ganas de responder.

—Suéltame — fue lo único que salió de mis labios mientras trataba de zafarme de sus brazos.

—Mel cálmate —

—¿¡Cómo quieres que me calmé!? — le grité —Mi hermano ha estado aquí abajo por mucho tiempo, siendo torturado. Le han hecho cosas terribles cuando tú, me dijiste que estaba preso y nada más — me quejé entre lágrimas. Su rostro estaba descompuesto, ahora que lo notaba le había gritado demasiado fuerte a Ethan. —Y-Yo... — no me dejó terminar cuando habló:

—Vamos arriba, mejor — sugirió a lo que yo sólo asentí.

Le seguí mientras trataba de caminar a su mismo paso. Él caminaba demasiado rápido, su respiración era acelerada y tenía los puños cerrados a cada lado de su cuerpo.

Después de unos minutos ya nos encontrábamos en la mansión, en nuestra habitación, mejor dicho. Me sentía inquieta hasta que decidí hablar:

—Es mi hermano, Ethan — me quejé en cuanto recordé las imágenes que había visto en su computadora.

—¿Y eso que tiene que ver? Te hizo mucho daño y no se arrepintió de nada — se cruzó de brazos.

—Debes aprender a perdonar a las personas —solté mientras me ponía roja de la rabia.

—¿Qué debo perdonar Mel? — soltó con rabia —¿Que intento abusar de ti?, ¿qué te acosaba y perseguía esperando el momento para atacar? — se quedó en silencio. Mis manos ya habían empezado a temblar por los recuerdos que pasaban por mi cabeza...

—Ethan... Basta — pedí que se detuviera con la misma conversación de hace unos minutos, sin embargo, él siguió hablando.

—¿O debo perdonar que acabó con la vida de tu hijo? ¡DE NUESTRO HIJO! — soltó con enojo en su voz.

Me quedé petrificada al escuchar lo que había dicho

—¿Qué? — sus pupilas se habían puesto diminutas ahora mismo, como si se diera cuenta de lo que acababa de decir —¿¡Qué me estás diciendo Ethan!? — lo tomé de los brazos zarandeándolo un poco —¿Qué bebé? Explícame de una buena vez — supliqué mientras lágrimas salían de mis ojos con cada palabra.

—Mel... N-no, lo siento — se excusó arrepentido.

—¡Por favor, ya no me mientas Ethan! ¿Qué me estás ocultando? —pregunté entre lágrimas.

—Acabó con la vida de nuestro hijo Mel — soltó con arrepentimiento y cierta rabia en su voz.

Un sentimiento indescriptible atacó en mi pecho, un dolor que nunca había sentido en mi vida se había instalado en mi corazón.

Un dolor que no pensé sentir jamás.

Sentí mis piernas empezar a flaquear de repente... No pude sostenerme por mí misma, los brazos de Ethan se envolvieron alrededor de mi cuerpo antes de que cayera de rodillas al suelo.