𝐎𝐡, 𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡... ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

ᴡᴇɪʀᴅ

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꧁ Omnisciente ꧂

—Lilith, hola...— Sean sin pensarlo, se acercó a ella y besó su mejilla. —¿Como estas? Te ves muy linda hoy...— elogio tomando su cintura discretamente.

—Sean.— Lilith saludó sin saber cómo actuar, carraspeó con incomodidad cuando sintió la mirada de su mejor amiga sobre ella, Gemma los miraba con una sonrisa pícara.

—Lamento haberte dejado en la cafetería, espero que podamos volver a salir.— Sean le dedico una encantadora sonrisa. No podía dejar de mirar las facciones delicadas de la francesa.

—Ajá...— Lilith asintió sin saber que decir, tragó con dificultad ya que no sabía si aún el rumano seguía mirándola. Por alguna razón que no quería saber, no quería que el la viera con el chico.

Después de comenzar una conversación a la que Lilith no le estaba prestando atención realmente, Sean dirigió a ambas amigas dentro de Campus. Las clases todavía no comenzaban, y por consecuencia, aún habían varios alumnos conversando entre ellos a las afueras de las aulas.

—Chicas, les presento al grupo de personas más cool con el que pueden convivir en este colegio...— Sean anuncio de repente, Lilith ni siquiera se había dado cuenta que se habían detenido frente a un par de chicos y chicas que las miraban con curiosidad. —El es Joshua, el es Erik y ellas son Julia y Charlotte.– afirmó sonriente.

Aquel chico llamado Erik le sonrió amigablemente a la chica Stan, quien extrañamente sintió sus mejillas arder.

—Ella es Gemma y ella es...—

—Lilith. Tu debes ser Lilith.— Joshua la miró de pies a cabeza, con una sonrisa que Lilith no supo entender. —¿Tienes una idea las veces que he escuchado tu nombre estos últimos dos días?—

—Sean simplemente no para de hablar de ti. Comienza a hartarme...— Julia rodó los ojos con diversión.

Sean solamente pudo sonrojarse a más no poder, mirando con incomodidad a la francesa.
No supo que decir o cómo actuar. Solamente pudo sonreír levemente.

—¿Que puedo decirles? Lilith Mignonette es la chica más linda que he visto en mi vida.— Sean dijo con cierto orgullo, sus ojos brillaron como si Lilith fuera un tesoro de gran valor.

—¿Mignonette? ¿De donde es? No eres de por aquí ¿o si...?— Charlotte le preguntó con curiosidad.

Lilith estaba por responder cuando Gemma habló con rapidez.