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꧁ Omnisciente ꧂
Mientras Lilith se colocaba su suéter ya que los fríos comenzaban a abrazar las calles neoyorquinas, miró al rumano a través de su espejo. Sebastian masajeaba el puente de su nariz con él ceño levemente fruncido, la mueca de disgusto se sumaba a sus ojos hinchados y su nariz roja por haber llorado tanto.
Se giró para mirarlo de frente, Sebastián aún no notaba su mirada bicolor sobre el. Camino y gateó sobre su cama para acercarse a él, Sebastián sintió el movimiento y abrió los ojos, sonriendo con cansancio y recibiéndola en sus brazos para abrazarla y recostarse un poco.
—¿Estas bien?— Lilith le preguntó, olfateando su loción en su pecho.
—Si. ¿Por que no lo estaría?— Sebastián la estrujó entre sus brazos e igualmente olfateó el olor dulce de sus cabellos.
—Luces como si hubieras llorado por días y estás muy callado. Algo tienes.— la francesa afirmó.
Escuchó claramente como Stan suspiraba, había sido descubierto.
—Me duele la cabeza, es todo.— mintió, lo cual le disgusto a la francesa que solo buscaba ayudarlo.
La chica se enderezó y se sentó a un lado de cuerpo recostado en la cama, mirándolo totalmente insatisfecha y un poco molesta.
—Sebastián... me has ayudado como nadie durante todo la mierda que he pasado. Dijiste que estaríamos juntos en esto ¿No?— elevó una ceja, el rumano asintió con lentitud. —¿Entonces? ¿Por que no quieres contarme?—
Sebastian no supo que decir, se quedó totalmente callado mientras sus ojos algo hinchados la miraban.
—¿No confías en mi?— Lilith volvió a preguntar, sus ojos bicolor recayeron con tristeza.
—No, n-no, no...— Sebastian rápidamente se enderezó. —Claro que confío en ti. Eres la única persona en la que confío plenamente...—
—¿Entonces? ¿Me dirás que te pasa?—
Stan volvió a suspirar ruidosamente. Le era imposible negarse cuando ella le dedicaba sus bonitos ojos bicolor. Pasó sus manos por su rostro, tratando de quitar cualquier malestar. Optó por decirle una parte de la verdad, ya que no creía conveniente que le confesara su amor en estas circunstancias.
—Tuve una pelea con Gemma, ayer...— comenzó a explicar. —No se como pero me empezó a gritar y... me dijo que me escuchó estando con alguien el baño de mi fiesta de cumpleaños. O sea, contigo...— hizo una ligera mueca.
