𝐎𝐡, 𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡... ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

ᴅᴀɴɢᴇʀᴏᴜꜱ ᴅʀᴇᴀᴍ

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꧁ Omnisciente ꧂

"Soñar con ella es peligroso, pero tratar de evitarlo también lo es."

—sweetenercloudx

El aire se atoró en su garganta cuando sintió sus suaves labios atacar lascivamente la piel sensible de su cuello. Los carnosos labios de la francesa sobre el besaban su cuello, tomaba su piel entre sus dientes y al mordía con suavidad. Ella sabía perfectamente que una de las partes más sensibles para el y su punto débil, es su cuello.

Sus grandes manos tomaron la cintura de la chica para ayudarla a mover sus caderas sutilmente, provocando que sus entrepiernas se rozaran peligrosamente. Dejó un momento sus caderas y sus manos se metieron bajo la falda que portaba, soltando un leve gemido cuando las yemas de sus dedos sintieron la tersa piel de sus muslos. La chica suspiró al sentir su cálido toque y dejó un último beso húmedo en su cuello para después alejar su rostro de esa zona y mirarlo directo a los ojos.

Todo lo que deseaba lo tenía en frente.

Se perdió en los enigmáticos ojos de la chica, pensando en cómo un defecto tan peculiar pudiera ser tan hermoso y mágico a la vez. Ella sabía que su mirada era peligrosa, sabía perfectamente que con tan solo dedicarle esos ojos y batir sus largas pestañas, lograría tenerlo a su total merced, el accedería a cualquier cosa.

Sus dientes atraparon su labio inferior cuando el calor aumentó al verla directamente a los ojos. Llevo una de sus manos para acunar su mejilla, su pulgar comenzó a trazar su labio inferior ligeramente brilloso por su propia saliva.
Sin despegar la mirada de sus ojos, poco a poco fue introduciendo su dedo pulgar a su boca, Lilith lo recibió gustosa al envolverlo com sus carnosos labios.
La boca del rumano se entreabrió con ligera sorpresa a tal escena, admiró unos segundos como sus labios succionaban su pulgar para después volver a verla a los ojos.

Lilith deseaba cerrar sus ojos y disfrutar de sus caricias, pero sabía que Stan no duraría mucho sin poder perderse en el azulado y verdoso de sus ojos. Lo miró fijamente mientras su lengua acariciaba con suavidad su dedo, sus labios lo tomaban entre sí sin dejarlo ir.
En un húmedo sonido, el rumano sacó su dedo de sus labios, volviéndolo a pasar por su labio inferior sintiendo como este se deslizaba a la perfección gracias a su saliva. Hizo lo mismo con su dedo índice, se lo ofreció y sin chistar, la chica lo recibió gustosa, cerrando y abriendo sus ojos lentitud de manera seductora.

Stan sintió como su índice se humedecía por su saliva, lo sacó con lentitud de su boca y en vez de trazar su labio, comenzó a bajar por su barbilla, pasando por su cuello, sus clavículas hasta llegar a la zona en medio de sus pechos cubiertos por ese sostén negro.
Lilith jadeó al sentir la peculiar sensación húmeda y fría en su piel que ardía gracias al deseo que sentía por el.