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꧁ Omnisciente ꧂
Cerró sus ojos con la intención de calmarse, sus latidos poco a poco fueron disminuyendo peor aún así no podía evitar sentirse sumamente ansiosa. El olor varonil de la loción que Sebastian emanaba, la ayudó a concentrarse. Volvió a mundo real, dándose cuenta donde estaba realmente, sentía las manos del rumano acariciar su cabello y abrazarla.
Abrió los ojos y rápidamente se alejó del abrazo, tragando con dificultad. Sebastián la miró con confusión ante su repentino alejamiento.
—Lilith, ¿Que sucede?— preguntó dejando su confusión a un lado.
La francesa peinó sus cabellos hacia atrás y suspiró con frustración, comenzaba a notar que la cercanía del rumano le era necesaria para calmarse. Volvió a sacar su teléfono y buscó las noticias que su apellido había disparado, al encontrar cierto artículo rápidamente le mostró la pantalla.
—"¿La familia Paradis vuelve al ojo público?"— Stan leyó las letras más llamativas en la pantalla. —No entiendo...— murmuró mirando fijamente la pantalla, pudo ver una de las fotos que el mismo le tomó.
—Yo... yo no debí salir en esas fotos.— Lilith negó y volvió a guardar su teléfono. —Esto no debió pasar... n-no... ¿No hay alguna manera de borrarlas? Por favor, Sebastian...— le suplicó mirándolo ansiosamente, sus dedos jugaron entre su.
El rumano ladeó la cabeza sin entender su punto.
—Lo siento, Lilith. Pero... no, no puedo borrarlas. Puedo... decirle al CEO que quite la publicidad pero sería un gran problema y por lo que veo ya está en las redes, así que no... no puedo hacer mucho que digamos, nena.— dejo de hablar cuando la notó aún más ansiosa, no estaba entendiendo nada. —Lilith, necesito que me expliques esto porque no...—
—Señorita Lilith, ¿Que hace aquí?— una voz interrumpió la conversación entre ambos.
Miraron a aquella persona, Sebastian no quiso ocultar su irritación al ver a su viejo compañero de clases.
—Profesor Dibiasky, necesito hablar a solas con el señor Stan, si me permite por favor...—
—Lamento que no puedo dejarte, Lilith. Te necesito dentro, hay algo que quiero hablar contigo.— Dibiasky negó totalmente serio.
—Solo será un momento ¿Entiendes? Déjanos solos.— el rumano escupió con molestia
