ᴇᴠᴇʀʏᴛʜɪɴɢ

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꧁ Omnisciente ꧂


Esto es la que provocas en mi, nena. Solo tú logras esto... Me vuelves loco hermosa.—

Lilith mordió su labio inferior cuando sintió la pertuberancia que crecía en la entrepierna del rumano. El pensamiento de ser la causante de su exitación la hizo sentir bien, más de lo que debería. Sonrió ya que podía escuchar a la perfección como Sebastian gemía, sus labios se encontraban cerca de su oreja y escuchaba claramente el inmenso disfrute que sentía. Ambos seguían en la misma posición, ella sentada en el tocador frente al espejo y el frente a ella entre sus piernas.

—Tenemos que salir, nena. En cualquier momento los demás volverán de su descanso...— dijo intentando no gemir para poder hablar debidamente.

—Tengo que devolverte el favor...— Lilith susurró y dejó un suave beso en su mandíbula, el agarre en su entrepierna se hizo más firme.

Sebastian jadeó y rápidamente se alejó, bajo la mirada siendo testigo de las manos de la chica que tomaron el cinturón que portaba y comenzaba a desabrocharlo.

—Muñeca...—

—Shhhh...— Lilith susurró y acercó sus labios para besarlo suavemente.

Logró quitar su cinturón para después desabrochar sus pantalones. Sebastián ya no podía resistirse, no quería. Cerró sus ojos y junto su frente con la suya, quería dejarse llevar y disfrutar el momento que lleva esperando desde que observó sus ojos bicolor por primera vez.
Jadeó con sorpresa cuando sintió su cálido toque abrazar su masculinidad.

—Mierda, Lilith...— disfrutaba tanto pronunciar su nombre.

La francesa tomó el borde de sus pantalones y ropa interior, bajándolos hasta dejarlos casi a la mitad de sus muslos. Volvió a besarlo y esta vez si pudo tocar directamente su ereccion que palpitaba con ansias de sentir sus manos sobre el.

De repente, Lilith soltó una risita sobre el beso.

—Eres grande.— susurró comenzando con movimientos de arriba a abajo por todo su eje.

Sebastian tampoco pudo controlar una risita que se escapó de sus labios ante el repentino comentario, aquello solo elevó su ego.

—Te sorprenderías si te dijera las veces que me toqué pensando en ti...— Stan contestó, su voz ronca susurró sobre sus labios.

𝐎𝐡, 𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡...   ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora