ꜱᴀꜰᴇ ᴘʟᴀᴄᴇ

512 55 21
                                    

≫──────°❅•❀•❅°──────≪

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

≫──────°❅•❀•❅°──────≪


꧁ Omnisciente ꧂



Antoine quería seguir con la conversación, quería saber tantas cosas de su hija y que fue de su vida desde que la abandonó siete años atrás. Pero no podía guardar lo que ahora sabía, tenía la inmensa necesidad de contarle absolutamente todo al rumano ya que si no lo hacía, se sentiría como si estuviera traicionándolo. Terminó la conversación, Antoine la miró irse pensando cuánto se equivocó con ella, pero no sabía que su hija tenía un gran dilema en mente.

Sebastian reaccionó cuando la observó pasar la calle, abrazándose a sí misma mientras lucía muy pensativa. Salió del auto y le dedicó una cálida sonrisa, pensando que probablemente aquella cita habría sido difícil para ella.

—Nena... ¿Como te fue?— preguntó extendiéndole sus brazos.

Lilith trató de sonreír para no alarmarlo y respondió a su abrazo, suspirando cuando el la estrujó levemente.

—¿Como te fue? ¿Todo bien?— volvió a preguntarle al alejarse de ella y observar su rostro.

Lilith no supo que decir. Elevó la mirada y solamente pudo mantenerse callada al ver la dulce sonrisa en el rostro del rumano, comenzaba a arrepentirse ligeramente. Sebastián al notar su silencio, optó por no insistir.

—Te llevaré a tu departamento y allí me hablaras de todo, ¿Si?— propuso y tomó su rostro entre sus manos para besar su frente. —Vamos...–

La ayudó a subir a su auto, y al momento de sentarse, Lilith comenzó a frotar sus manos contra sus muslos, sintiéndose bastante ansiosa. No quería borrar esa sonrisa en su rostro, pero tampoco quería mentirle. Tragó con dificultad cuando Stan entró al auto.

Cuando estuvo a punto de prenderlo para arrancar, Lilith lo detuvo.

—Espera...— pidió, tomando su brazo para detenerlo.

Sebastian la miró un tanto preocupado, su semblante no le daba buena espina.

—¿Pasó algo?— preguntó, Lilith nuevamente se mantuvo callada y solo lo miró de una manera muy extraña. De pronto comenzó a temer lo peor. —¿Te hizo algo?— preguntó nuevamente, tensando la mandíbula y pensando en las miles de maneras en las que haría pagar a su padre por lastimarla.

Nuevamente solo recibió silencio. Suspiró pesadamente y estaba dispuesto a salir del auto, pero ella nuevamente lo detuvo.

—¡N-No! No, no...— negó, tomando su brazo con fuerza. —No me hizo nada...—

𝐎𝐡, 𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡...   ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora