ɴᴏᴛ ꜱᴜʀᴇ

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꧁ Omnisciente ꧂



—Bueno, siéntate. En unos minutos estará... ¿Quieres algo de tomar?— Sebastián propuso.

—Mhm.— Camila asintió sonriente y observó con atención como el sacaba una botella de vino y un par de copas.

—No me has platicado absolutamente nada de ti, Stan.— la de ojos mieles murmuró sin dejar de observarlo con una sonrisa ladina.

—Pues... no... no hay nada que pueda platicarte.— Stan sonrió con el ceño fruncido, mientras servía la bebida en las dos copas. —Trabajo con Chris y su novia, llevé a Gemma y a su novio a Miami... no hay nada en especial.— afirmó, acercándose a ella para extenderle la copa. —Pero, mejor cuéntame...—

—¿Que?— Camila preguntó, recibiendo la copa.

—Es que...— Stan la miró unos segundos, debatiéndose mentalmente si preguntarle o no. —Olvídalo, no importa...—

—Ah no, no me vas a dejar con la duda.— Camila rió, acercando la copa a sus labios para darle un sorbo.

—¿Segura?— el rumano elevó una ceja.

La castaña asintió sonriente.

—Bueno.— Stan le dió un buen sorbo a su bebida antes de hablar. —Durante todo este año me pregunté que había pasado entre nosotros y aunque traté de descifrarlo... no pude. Así que, supuse que... ya tendrías a alguien más.— habló, asintiendo con lentitud a la vez que miraba el líquido en su copa ya que no se sentía capaz de mirarla.

Camila, en vez de molestarse o incomodarse como el esperaba, solamente pudo sonreír con un suspiro.

—¿Esa es tu pregunta? ¿Si tengo a alguien más?— preguntó, acercándose a él.

Stan tragó con dificultad cuando elevó la mirada y se encontró con su presencia más cerca que hace unos momentos.

—N-No tienes que responder... carajo.— el rumano maldijo. —Te dije que no era importante, olvídalo, olvida que pregunté eso...—

Fue interrumpido por la risa de Camila. Rió al percatarse que aún hacía los mismos gestos cuando estaba nervioso.

—Pues... no. No tengo a nadie más.— negó, buscando los ojos azules del rumano. —¿Tu?—

El rumano mordió su labio ansiosamente. Aunque se encontraba sumamente nervioso por su mirada miel sobre el, no podía dejar de ver su par de orbes.

—No.— respondió con simpleza.

Camila lo analizó por varios segundos. No quiso pensarlo más. Dejó su copa a un lado y tomó su rostro entre sus manos, para después besarlo inesperadamente. Sebastián elevó las cejas con impresión, pero no dudó en tomar su cintura para acercar sus cuerpos.

𝐎𝐡, 𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡...   ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora